Un mes después de que José Luis Rodríguez Zapatero anunciara a ETA "consecuencias" por el robo de armas en Vauvert (Francia), el Gobierno comenzó ayer a desvelar de manera pública el alcance de la advertencia. La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, mencionó en concreto la persecución de los responsables del robo y el frenazo del proceso de paz como efectos de aquella acción de ETA.

En rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, la número dos del Ejecutivo fue preguntada por las consecuencias que anunciara Zapatero el 25 de octubre, dos días después del robo de 350 pistolas en el sureste de Francia. "Algunas se están viendo ya", respondió De la Vega, y citó "la investigación, la determinación de su autoría, el intento de detención de los culpables y su puesta a disposición judicial". La vicepresidenta dio a entender que el parón del proceso de paz es otra consecuencia del robo de las armas al recordar que la condición para dialogar con ETA es la ausencia de violencia. A renglón seguido, sentenció que el proceso "está abierto, pero es evidente que no hay avance".

Las afirmaciones de De la Vega abundan en la sensación de parálisis del proceso que reina en el Ejecutivo y que Zapatero sintetizó con elocuencia el 12 de noviembre pasado en Estambul, cuando advirtió a ETA de que "con violencia, nada de nada". Precisamente ayer, fue atacada con cócteles molotov la Subdelegación del Gobierno en Vitoria, que causó escasos daños. Los atacantes arrojaron panfletos que rezaban PSOE, ándate con cuidado .

DIFERENCIAS De la Vega se refirió a la manifestación convocada para hoy por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), en la que ha anunciado su participación la plana mayor del PP. De la Vega dijo que el Gobierno respeta la decisión de la AVT de manifestarse y apuntó que el Ejecutivo está "con todas las víctimas: las que están de acuerdo con el Gobierno y las que no".