Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua ratificaron su condición de líderes de la oposición latinoamericana a Estados Unidos en la Cumbre de los Pueblos, que aglutina a sectores de izquierda y que terminó el sábado en Santiago en paralelo con la 17 cumbre iberoamericana. Si la polémica y las frases candentes fueron las protagonistas de esta última, la Cumbre de los Pueblos dejó todo un rosario de amenazas e insultos y tuvo un protagonista, Hugo Chávez.

El líder sandinista Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, abrió el fuego contra Washington, por su "dictadura del capitalismo global" ante la que responden, según dijo, el FMI, la OEA y la ONU. Previamente, el vicepresidente cubano Carlos Lage había llamado al presidente de EEUU "asesino", "genocida", "alcohólico" e "ignorante". Hugo Chávez elevó al líder cubano Fidel Castro a la condición de "padre de los revolucionarios" y volvió a amenazar a las "oligarquías" y a EEUU con que en Bolivia "tronarán los fusiles y las ametralladoras" si pretenden derrocar a su aliado político Evo Morales. Este, por su parte, avaló el criterio formulado por Chávez sobre la instalación de "uno, dos, tres Vietnams" en Latinoamérica si hay una invasión de Estados Unidos a Bolivia.