Volver al río de la vida. Esa es la meta que persiguen desde hace seis meses las 191 familias de los fallecidos el 11 de marzo en Madrid y las 1.400 personas que resultaron heridas por la explosión de cuatro trenes de cercanías. La mayoría de los afectados agradece el apoyo económico y humano que han recibido, pero un colectivo de unas 300 personas se siente abandonado.

Sin embargo, el Gobierno defendió ayer su gestión. Los familiares de las víctimas han recibido 42 millones de euros (7.000 millones de pesetas) en concepto de indemnización. Se ha nacionalizado a 64 familiares de fallecidos y a 14 heridos. También se han otorgado 386 permisos temporales a lesionados y 346 a familiares de heridos o fallecidos. Los servicios médicos aún atienden a 116 personas y el área de salud mental trata a otras 2.700.

Miguel Costa, psicólogo del Ayuntamiento de Madrid, explica que las víctimas del 11-M sufren estrés postraumático. Son personas que "han pasado por escenas desgarradoras de dolor y sufrimiento". Por ello, padecen un "importante desajuste emocional, familiar y social".

La mayoría de afectados necesita ayuda psicológica. Sobre todo los familiares de los muertos. Sus procesos de duelo son más complicados por las condiciones de la muerte. Por este motivo, esas familias tienen que luchar contra la rabia, el dolor y otros sentimientos, como la culpa.

"Recuerdo el caso de una mujer que no podía perdonarse que esa mañana hubiera regañado a su hijo porque se había quedado dormido. La madre le apremió y le hizo coger un tren que, si no, habría perdido. Con el tiempo, hemos logrado darle la vuelta a esa experiencia y ha entendido que esa reacción fue un gesto de amor", explica Costa.

El objetivo de las terapias es ayudar a las víctimas a que recuperen la normalidad. Ese es el empeño de las asistentes sociales de la oficina de atención a las víctimas del Terrorismo del Ministerio del Interior, Olga Cañas y Belén Pulgar. Por sus manos han pasado los expedientes de todas las víctimas del 11-M. Y explican que la condición de víctima la otorga la gravedad de las heridas sufridas en un atentado. "En primer lugar, están los familiares de los muertos, luego los heridos graves.", enfatizan. Y añaden: "Una persona que sufrió heridas leves, como un corte en la cara, o que resultó impactada por las imágenes de la masacre, no puede tener los mismos derechos que los que han perdido un familiar o han sufrido amputaciones". No obstante, 1.300 personas están bajo su tutela.

PAREJAS DE HECHO Durante este periodo han tenido que resolver mil y un problemas. "Uno de los temas más delicados han sido los planteados por las parejas de hecho. Se les ha reconocido su condición de conviviente y han cobrado la indemnización por el fallecimiento, pero no tienen derecho a una pensión de viudedad". Algunas familias han recurrido ese reconocimiento.

Luis Cisneros, hermano de Oswaldo, ecuatoriano de 33 años, obrero de la construcción, reclama el pago íntegro de la indemnización. Interior ha entregado una parte del dinero a su pareja de hecho. "Pido justicia. He perdido un hermano, pero no me parece bien que se quiera favorecer a esa mujer. El heredero legal es mi padre porque Oswaldo era soltero", sostiene.

No obstante, todas las víctimas afirman que ese dinero no puede compensar su pérdida. Lo cierto, es que los beneficiarios se resistirán, en lo posible, a hacer uso de la indemnización porque gastarla les supone, según los psicólogos, perder un poco más al ser querido.

ASISTENCIA SOCIAL Los asistentes sociales han dedicado buena parte de su trabajo a resolver problemas urgentes de esas familias, y a otros más complejos como alquilar y reformar viviendas para inmigrantes que han sufrido minusvalías. En 400 ocasiones, han pedido ayuda a la Fundación Víctimas del Terrorismo que ha asumido el pago de hipotecas o viajes de descanso para familiares y heridos.

Unos 300 afectados de la asociación Víctimas del 11-M, se sienten abandonados. Su presidenta, Clara Escribano, herida en Santa Eugenia, acusa al Gobierno de haberles abandonado. "Pedimos que se nos ayude en las listas de espera hospitalaria". La Asociación Víctimas del Terrorismo no comparte esas críticas. Según su presidente, José Alcaraz, "en ningún lugar del mundo se ha dado una respuesta igual en medios humanos y económicos a las víctimas de un atentado como a las del 11-M".