Iba a ser el "campamento base" de la política vasca y se transformó en algo parecido al camarote de los hermanos Marx. Cualquier lío ha sido posible en el Parlamento vasco la pasada legislatura, en la que el Gobierno en minoría (PNV-EA-EB-IU) de Juan José Ibarretxe ha sorteado a diario los obstáculos de una oposición mal avenida y bautizada como "el frente del no".

De hecho, no consta ni un solo acuerdo durante los cuatro años que haya sido adoptado por unanimidad. "El talante que aquí ha imperado ha sido el negativo", se duele Juan María Atutxa, que hace esfuerzos para recordar situaciones de aproximación entre los grupos sin encontrar muchos ejemplos a los que referirse.

"Cuando se ha llegado a algún acuerdo, no ha sido tanto fruto de un esfuerzo sino abocados por la presión exterior", resume el presidente. Como cuando la cámara se pronunció a favor de legalizar la marihuana para uso terapéutico. Muchas reuniones previas con representantes de enfermos de cáncer, mujeres afectadas, reclamación de asociaciones... forzaron la "coincidencia" a la hora de votar.

Hay casos excepcionales en los que los partidos coligados en el Gobierno y la oposición de PP y PSE han votado juntos mientras Batasuna se abstenía o no estaba en la Cámara. El plan de justicia juvenil es uno de ellos. Tanto que hasta el portavoz popular Antonio Salazar, dijo: "Reconozco, y no me duelen prendas al hacerlo, la buena gestión en este caso del Ejecutivo vasco". Sorprendió a todos.

De los celíacos a la patria

También han logrado ponerse de acuerdo en la demanda de una "solución urgente para el Sáhara" o en la aprobación de la ley de industria, pero en poco más. Lo habitual ha sido el desencuentro. Cualquier situación era posible, incluso que en un debate sobre la financiación de productos sin gluten para enfermos celíacos se acabara hablando de la patria.

Sucedió al debatir una proposición no de ley del PSE. El diputado del PNV Mikel Arraibi se manifestó dispuesto al acuerdo si se modificaba la redacción. "Creemos que de lo que estamos hablando es del Gobierno del Estado y no del de la nación. Para nosotros, nuestra única nación es Euskadi". El diputado popular Ricardo Hueso se le tiró a la yugular: "Vamos a ver, están en España, viven en España y esto es España. Y quieran o no tendrán que acogerse a las normas españolas".

El parlamentario de Ezker Batua Oskar Matute reconoció su sorpresa: "Pensaba que hablábamos de celíacos y me he dado cuenta de que estamos tratando de la honda vena patriótica y rumbera".

Pendientes de la suerte

La división en bloques y la falta de acuerdo han dificultado la tarea al Gobierno. Las coincidencias del PP y PSE con el grupo de Otegi han sumido en apuros al tripartito, que ha quedado pendiente de la suerte para sacar las cuentas anuales. En el 2003 lo logró gracias a que Mayor Oreja llegó tarde, y en el 2005, porque una parlamentaria socialista tuvo problemas con la tarjeta de voto.

Son situaciones excepcionales que dan el tono a una Cámara singular en la que casi todo ha sido posible, hasta que un grupo reparta los votos de sus parlamentarios entre dos posiciones antagónicas, como Batasuna el 30 de diciembre para decir y no al plan Ibarretxe.