El comisario retirado José Villarejo declaró ayer como imputado sobre la documentación que tenía en su poder del líder de Podemos, Pablo Iglesias, y negó que forme parte de una «operación política», apuntando que él la «vehiculizó» hacia sus superiores en el ámbito de una «investigación policial». Así lo expuso su abogado, Antonio José García Cabrera, en declaraciones a los periodistas que aguardaban su salida de la Audiencia Nacional tras la toma de declaración a Villarejo que, en principio, se desplazó allí como testigo para explicar al juez del caso su versión sobre la autoría del 11-M, tal y como había solicitado el policía ahora en prisión, pero que terminó hablando también de las supuestas razones por las que le incautó material personal del secretario general del partido morado.

Aprovechando su traslado desde la prisión de Estremera, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia, Manuel García Castellón, interrogó al veterano policía sobre los atentados de Madrid. Pero la Fiscalía Anticorrupción utilizó la circunstancia para también recabar datos sobre otro de los muchos asuntos (la décima pieza) que se investiga bajo el paraguas del caso Tandem o caso Villarejo: el supuesto robo, en 2016, del móvil de Dilma Bousselham, una colaboradora de Iglesias cuando éste ejercía en el Parlamento europeo y, entre cuyos contenidos, había material de índole privado pero también político. Desde el miércoles el jefe de Podemos está personado en la causa como perjudicado.

Pero el abogado de Villarejo sostuvo que su defendido subrayó que no se trata de ninguna «operación política», que no reveló «ninguna información privada» del dirigente morado ni hizo «ningún robo de ningún material, ni de ese pendrive (donde se hallaron los datos telefónicos vinculados a Iglesias) ni de nada». «No ha participado en ninguna campaña». «Lo que hay que preguntarse es de dónde salió ese pendrive y cómo se vehiculizó», planteó, recalcando que «en absoluto» hubo una «operación sobre Iglesias».

¿Responsabilidad política? / Pese a la versión del excomisario ante el juez y los fiscales, se difundió que la investigación apunta a que pudo ser la conocida como policía patriótica -un grupo de agentes que trabajaba en tiempos de Jorge Fernández Díaz al margen de los cauces oficiales y se volcó en asuntos políticos y Cataluña- la que tuviera algo que ver con el hallazgo de información privada sobre Iglesias. Ante esto, el actual ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, afirmó que es tiempo ya de asumir alguna «responsabilidad política» sobre este asunto, más allá de lo que pueda deparar el terreno judicial. «Es una vergüenza que se haya podido supuestamente utilizar instituciones del Estado con fines absolutamente adyectos», llegó a decir.

En plena precampaña se le pidió una valoración a Pablo Casado, el aspirante popular, que se aferra a que no hay datos concluyentes aún para no mojarse, aunque incide en que él tiene ideas claras sobre lo que debe hacerse cuando haya pruebas de actuaciones turbias desde la Administración.

Autoría del 11-M / En todo caso Villarejo fue a la Audiencia para dar su versión sobre el 11-M. Reiteró su tesis de la implicación de servicios secretos y marroquíes en los atentados. Fuentes presentes en la declaración calificaron sus manifestaciones sobre el 11-M de «conjeturas» sobre las que no aportó datos objetivos.

Agregaron que se refirió únicamente a cuestiones que han sido ya objeto de estudio judicial o que, en torno a los atentados de Madrid, ya fueron publicadas anteriormente.