José Luis Rodríguez Zapatero confiaba en que el diálogo acercara las posiciones entre España y EEUU en la táctica a seguir con el régimen cubano. No fue así. En su primera visita oficial al país, la secretaria de Estado Condoleezza Rice reiteró que rechaza las conversaciones que el Gobierno español inició en abril con La Habana. Pese a este choque de estrategias, el ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, ve "plenamente normalizadas" las relaciones con el país norteamericano tras los "altibajos" de los últimos años y Rice tildó el encuentro de "positivo".

La enviada estadounidense --primer alto cargo de la Administración de George Bush que visita España tras el acceso de Zapatero al Gobierno-- declaró en la rueda de prensa conjunta que tiene "serias dudas" de que se pueda avanzar hacia una transición democrática hablando con un "régimen antidemocrático". Rice aseguró que en la reunión con Moratinos habían abordado este asunto y que compartían el objetivo final: que las libertades lleguen a Cuba. "España lo comprende mejor que nadie por su pasado", dijo. "Pero una transición por dinastía sería contraproducente", añadió, mostrando su temor a que Raúl Castro se perpetúe al frente del régimen.

En abril, Moratinos se reunió dos horas con el hermano de Fidel Castro y no dedicó ni un minuto a los disidentes, hecho muy criticado por los afectados y EEUU. Rice señaló ayer que el ministro "reconoce" la labor de los opositores de la isla, pese a haber tomado esa decisión.

"ESPERA SENTADO" En una de las escenas más distendidas de la rueda de prensa, Moratinos replicó que el diálogo es la mejor estrategia para influir en el castrismo y añadió que esperaba que Rice cambiara de opinión dentro de "un cierto tiempo". Mientras el ministro decía esto, la secretaria de Estado empezó a sonreír, después a reír discretamente hasta que, finalmente, miró a los periodistas estadounidenses y gesticuló con los labios: "Pues espera sentado".

Moratinos no podía verla, porque empezó a recordar, con un tono alterado, las reuniones que el secretario de Estado Bernardino León, mantuvo con cada uno de los opositores hace unos meses. "¿Qué Gobierno ha visto más a los disidentes? ... Nos preocupamos por los disidentes, liberamos a los disidentes, estamos preocupados por la mejora de los derechos humanos en Cuba. ¿Quién habla más con los disidentes?", insistió.

A pesar de este enojo pasajero, la rueda de prensa discurrió sin tensiones. Moratinos la llamó varias veces Condy, y Rice, Miguel. El ministro la acompañó en su periplo de ocho horas por la capital. Estuvo en la audiencia con el Rey, se reunió y comió con ella (paella y gazpacho), y asistió al encuentro con Zapatero. En esa cita, el presidente y la secretaria de Estado hablaron sobre todo de Cuba --y volvieron a constatar que tienen puntos de vista diferentes a corto plazo-- y del Sáhara, con el que ambos países se sienten comprometidos.

Fuentes de Exteriores afirmaron que Rodríguez Zapatero "causó muy buena impresión" a Rice, que se fue "encantadísima" y con ganas de volver con más tiempo, informaciones que no pudieron ser contrastadas.

Antes de regresar a su país, Rice tuvo tiempo de ver a Mariano Rajoy y de dar una entrevista de 7 minutos a TVE, en la que aseguró que la retirada de las tropas de Irak molestó, sobre todo, porque se hizo "muy deprisa y sin avisar a los aliados". Preguntada por una posible cita entre Bush y Zapatero, solo dijo: "No estoy aquí para programar la agenda del presidente".

BOMBARDEOS INDISCRIMINADOS Por su parte, el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, criticó ayer los bombardeos indiscriminados en Afganistán y denunció que así no se ganan "las mentes y los corazones" afganos. El reproche lo hizo horas antes de la llegada de la Rice, cuyas tropas han sido cuestionadas tras varias masacres de civiles.