El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha justificado hoy la reforma educativa con el argumento de que el sistema escolar vigente está anticuado y estancado, es excesivamente rígido y uniforme y no proporciona los resultados académicos deseados.

Wert ha intervenido en el pleno del Congreso, donde se debate la totalidad del proyecto de Ley para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) y las once enmiendas de devolución presentadas por la oposición.

El ministro ha defendido que la reforma busca aumentar la calidad de la enseñanza, disminuir la tasa de abandono escolar prematuro (situado en el 25%) y mejorar de forma significativa las posibilidades de empleo de los jóvenes, ya que el paro juvenil se sitúa en el 57,5 -según la EPA- más del doble de las medias europeas.

Además, un cuarto de jóvenes entre 18 y 24 años ni estudia ni trabaja.

Ha asegurado que el sistema vigente es equitativo al garantizar el acceso a la educación, pero no tanto para asegurar la permanencia escolar según la situación económica.

Así, el abandono escolar prematuro llega al 35 % de los alumnos cuyas familias se encuentran en el grupo de renta per cápita más baja, frente al 10 por ciento de la más alta.

Es del 45% entre las familias que peor lo tienen para llegar a fin de mes y de un 7% entre las más desahogadas económicamente.

Ha rechazado que la ley signifique una recentralización de competencias, sino una distribución nueva de éstas "acorde con la Constitución".

En este punto ha citado los tres bloques en que se dividirán las asignaturas de primaria, secundaria y bachillerato: troncales, específicas y de libre configuración.

Sobre las evaluaciones externas estandarizadas que propone la reforma al terminar la ESO y el Bachillerato, ha indicado que los resultados académicos han mejorado en los 17 países europeos que las han introducido en una horquilla del 20 al 40%.

Ha negado que sean reválidas, pues no tienen fin punitivo o de obstaculizar la progresión de los alumnos, lo que sería incongruente con los fines de la ley, ni tampoco servirá para "clasificar" centros ni establecer rankings.

Ha reconocido los esfuerzos anteriores del sistema escolar, como la universalización de la educación básica y una inversión pública que se ha duplicado durante la primera década del siglo.

"Todos estos datos positivos no tienen un correlato preciso con los resultados educativos", ha señalado.

También ha alertado de la gran diferencia de resultados entre comunidades autónomas, además de que el 43% de los alumnos de 15 años ha repetido al menos una vez en la etapa obligatoria.

La baja autonomía de los centros y la debilidad de la tasa de titulados de FP también si se compara con Europa son otras debilidades.

Los países que han conseguido mejorar, ha explicado, lo han hecho con modificaciones legales que prestan más atención a la capacidades personales del alumnado, la atención individualizada, la flexibilidad de la trayectorias educativas y valorando el esfuerzo con evaluaciones externas, un profesorado bien formado y centros con autonomía suficiente para especializarse.

"La Lomce intenta aplicar y establecer recetas similares a las que han permitido a esos país mejorar sus resultados académicos (...) Son medidas basas en la evidencia, no obedecen al capricho o la improvisación", ha subrayado.

Ha recordado que la propuesta legislativa adelanta la elección de la formación académica o profesional a partir de tercero de ESO, ofrece un conjunto "flexible y reversible" de trayectorias y prevé la detección precoz de dificultades de aprendizaje en primaria.

La Lomce quiere darle a la FP la consideración y prestigio social que debe tener, sin excluir a sus alumnos de los estudios universitarios, ha explicado; también da gran importancia a las lenguas extranjeras.

El proyecto, ha asegurado, ha respondido a un proceso "amplio" de diálogo con los agentes educativos y todos los grupos políticos.