El ministro de Educación, José Ignacio Wert, espera encontrar la colaboración de las comunidades autónomas y las fuerzas parlamentarias para la tarea "constructiva" de mejorar la enseñanza a la vista de los resultados de España en la última Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA 2012).

"Nada más lejos de la intención de este ministro y de este gobierno que utilizar PISA como arma arrojadiza o instrumento de autoflagelación", ha matizado Wert en el Pleno del Congreso en respuesta a una pregunta del diputado del PP Francisco Cabrera sobre los efectos de la reforma educativa.

Según el ministro, una comparativa internacional como PISA deber servir fundamentalmente para marcar un camino de mejora educativa como el de los países que han conseguido progresar de forma significativa, caso de Polonia, con reformas que siguen "la misma orientación" que la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce).

"Estaríamos condenados, de seguir con las mismas reglas de juego, a continuar manteniendo los mismos problemas", ha deducido.

Según Wert, el informe PISA pone de manifiesto directa o indirectamente las debilidades de la educación española.

Entre ellas, ha citado una "elevada" tasa de abandono escolar temprano, una proporción "baja" de alumnos de buen rendimiento, una repetición "cara e ineficiente y muy elevada", y una mala transición entre la educación y el empleo.

Por el contrario, los pilares de la nueva ley son los "ingredientes" que permitirá la mejora: evaluaciones externas estandarizadas, mayor autonomía de los centros y una rendición de cuentas más exigente, mayor peso de las asignaturas básicas y los itinerarios formativos.