La conversación la inicia la candidata de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel.

--¿Qué tal va la campaña? --pregunta.

--Cansados ya, es que son dos seguidas --contesta José Antonio Monago, líder de los populares extremeños.

--Vamos a tener que decirle a Cayetano (Polo, de Ciudadanos) que nos dé vitamina C --bromea De Miguel sobre la estrategia de la formación naranja, que lleva el lema #VitaminaCayetano por bandera.

La escena transcurre en la sala habilitada para los invitados, con catering y camarero, desde donde parte del equipo seguiría después el debate. Cada candidato podía traer a tres personas de acompañantes (o asesores) pero solo una podía estar con ellos, detrás de las cámaras, durante la emisión en directo. El resto seguiría la retransmisión en la citada sala junto al plató de RTVE, que sirvió de escenario para el encuentro de los siete candidatos (únicamente la líder de Actúa, Laura Márquez, acudió en solitario).

La primera en llegar

De Miguel fue precisamente la primera en llegar, pero se paró en la entrada con varias manifestantes del sector sanitario que, cacerola en mano, fueron recibiendo a los asistentes. «Os vais a quedar sin profesionales de la enfermería», espetaban a quienes iban llegando.

También apareció pronto por allí el aspirante autonómico por Vox, Juan Antonio Morales, que lo primero que hizo al salir de maquillaje fue, móvil en mano, buscar el wifi. Después saludó con agrado a Fernando Manzano, secretario general del PP extremeño. Al fin y al cabo, hasta hace muy poco compartían grupo parlamentario.

Un corrillo hicieron el candidato socialista, Guillermo Fernández Vara, Monago y Polo, que se presentó a Juan Antonio Morales. Todavía no habían coincidido en ninguna ocasión.

Los asesores dieron sus últimos consejos a los candidatos antes de entrar en directo. «No dejes que te corten», fue una de las frases que se escuchó.