El jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, está dispuesto a ayudar al presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, a desmantelar el penal de Guantánamo (Cuba). Fuentes del Gobierno han adelantado a este diario la disposición favorable del presidente a reubicar en territorio español, previo acuerdo con los socios europeos, a los presos que serán puestos en libertad, una ardua tarea que, según ha reconocido el futuro inquilino de la Casa Blanca, requerirá como mínimo un plazo de dos años.

El Gobierno español asegura que el equipo de transición estadounidense todavía no le ha pedido que se haga cargo de alguno de los reclusos sin cargos o declarados inocentes. Pero fuentes diplomáticas consultadas dan por hecho que esa solicitud llegará tarde o temprano una vez que Obama haya tomado posesión del cargo, el 20 de enero.

Por ese motivo, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación ya está analizando los condicionamientos que plantea la legislación española. Zapatero, según fuentes diplomáticas, es partidario de que Europa ponga su granito de arena para contribuir a que el nuevo presidente de EEUU pueda cumplir una de sus promesas electorales. Una colaboración que al presidente español le permitirá, de paso, dar por finalizada la etapa de gelidez diplomática vivida durante cinco años con la Administración del republicano George Bush. "Guantánamo nunca debió existir. Es un malísimo ejemplo para un país de una gran democracia como es EEUU y un malísimo ejemplo para el mundo", manifestó el jefe del Ejecutivo hace dos semanas.

La respuesta española se enmarcará, explican fuentes oficiales, en el "ofrecimiento europeo" que los Veintisiete debatirán el 26 de enero en Bruselas, solo seis días después de que Obama haya jurado el cargo ante la fachada oeste del Capitolio. Los ministros de Exteriores de la UE debatirán qué respuesta legal pueden dar a los entre 50 y 60 reos (originarios de China, Uzbekistán, Libia o Rusia, entre otros países) de los 250 que hay en Guantánamo que no pueden volver a sus países de origen por miedo a represalias. Por ahora, solo Irlanda, Alemania y Portugal han reconocido oficialmente que están dispuestos a acogerlos.

PENDIENTES DE LISBOA La situación legal de esos reclusos en los países europeos tiene una solución complicada, sobre todo porque el impulso al sistema común de asilo está pendiente de la ratificación del Tratado de Lisboa, y no se aplicará hasta, como pronto, el año que viene. Por tanto, podría repetirse la división entre los Veintisiete respecto al estatus jurídico de los liberados según el país donde recalen, como ocurrió con el que que se puede considerar el antecedente más obvio: el de los 13 palestinos que varios gobiernos, entre ellos el español, acogieron en el 2002 tras sufrir un prolongado asedio en la basílica de la Natividad de Belén.

Este debate sobre la colaboración española con Obama se suscitará en paralelo con la segura demanda, en el marco de la OTAN, de un aumento de las tropas españolas en Afganistán. Fuentes diplomáticas explican que el presidente es consciente de que, si quiere que España sea clave en el nuevo orden que salga de esta crisis financiera mundial, debe asumir su responsabilidad también en la lucha contra el terrorismo internacional y, por ende, aumentar su compromiso en la lucha contra los talibanes afganos. Si eso se traduce en una revisión de la misión actual o bien en exigir asumir labores de seguridad, más arriesgadas, dependerá en gran parte, según esas fuentes, de qué papel desempeña España en la acogida de reos de Guantánamo.