El socialismo madrileño supura por una herida que tiene forma de candidatura a las elecciones autonómicas. Aún quedan 10 meses para los comicios (se celebrarán la última semana del próximo mayo), pero desde hace un par de semanas se suceden hechos que denotan que el actual aspirante, Tomás Gómez, no cuenta con el visto bueno de la directiva del partido a nivel federal. Lo que ocurrió ayer en León fue otra vuelta de tuerca: José Luis Rodríguez Zapatero, en un pronunciamiento un tanto equívoco, dejó patente que confía más en la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, que en Gómez para encabezar las listas del PSOE en la Comunidad de Madrid, abogó por unas primarias en el caso de que no se lograse pactar un candidato y, por si fuera poco, agregó una nueva figura a la batalla: la de Jaime Lissavetzky, secretario de Estado de Deportes, que también suena para la alcaldía de la capital.

BAILE DE NOMBRES Preguntado por el baile de nombres y la conversación que mantuvieron a mediados del mes pasado Manuel Chaves, presidente de los socialistas, y Gómez --en la que, como informó entonces este diario, el primero le hizo ver al segundo que el partido no le considera el mejor candidato para enfrentarse a la mandataria de la comunidad, Esperanza Aguirre--, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE dijo: "Tengo una buena valoración de Tomás Gómez. Creo que ha hecho un buen trabajo al frente del partido en Madrid. Y tengo también una buena, buenísima valoración de Trinidad Jiménez. Lo he dicho en alguna ocasión: en el tiempo que lleva como ministra de Sanidad ha hecho una magnífica gestión".

La frase induce a la especulación por su uso del pasado, y no del presente continuo, para referirse a la labor de Gómez --ese ha hecho en lugar de está haciendo -- y deja claro de qué lado se inclina la balanza de un Zapatero que también abrió la puerta a unas hipotéticas primarias si el actual presidente del PSM, que nunca se ha presentado a las autonómicas, no cede en su empeño de ser el aspirante. "Soy tozudo e insistente. Quiero ser el candidato del PSOE a la Comunidad de Madrid", dice Gómez estos días, ahora que en Ferraz (la sede federal del PSOE) han hecho cuentas y creen que, si cambian de aspirante y la UPD de Rosa Díez le quita votos al PP, quizá Aguirre pierda la mayoría absoluta y los socialistas gobiernen junto a Izquierda Unida.

LOS MILITANTES "Más allá de los nombres, lo importante es que el PSOE va a conseguir cambiar las cosas en Madrid", concluyó el presidente del Gobierno, de visita en León, su ciudad natal, donde mañana cumplirá 50 años. "Lo haremos con los mejores. Los militantes eligen a los mejores, y entre los mejores está Lissavetzky. Punto".