El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reafirmó ayer su voluntad de cerrar este mes el nuevo modelo de financiación. "Si conseguimos que el acuerdo lo tengamos cuanto antes, incluso antes de fin de año, estaremos satisfechos", afirmó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Europa celebrado en Bruselas. En formato de deseo, más que de compromiso, Zapatero pronosticó que el modelo sera "bueno para todos". Acudía así en auxilio del PSC, presionado en Cataluña para que se cierre ya el modelo.

El presidente recordó que, aunque el pacto se cierre ahora, el desarrollo del nuevo modelo llevará "tiempo" porque requiere su aprobación por el Consejo de Política Fiscal y Financiera, y obliga a reformar la ley orgánica de financiación de las comunidades autónomas (LOFCA). Sin concretar, precisó que "mejorará" los ingresos de las autonomías en la sanidad y educación.

Zapatero situó la financiación entre los cuatro grandes objetivos que se ha fijado para esta legislatura. Enumeró, por este orden, el plan de estímulo de la economía; la lucha antiterrorista; la presidencia española de la Unión Europea (en el 2010), y el citado modelo de distribución de los recursos públicos.

El presidente no se pronunció sobre las tensiones desatadas en el PSC por el apoyo a los presupuestos del Gobierno pase lo que pase con la financiación. Y la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, se limitó a subrayar que el voto de los 25 diputados socialistas catalanes será "responsable".

MATICES El PSC optó ayer por la discreción. Solo el secretario de Estado de Economía, David Vegara, reconoció que no compartía los planteamientos del consejero catalán de Economía, Antoni Castells, que discrepó de la estrategia, e insistió en las directrices dadas por la dirección del partido: "Una cosa es la financiación y otra los presupuestos". El conseller Joaquim Nadal aseguró que la respuesta que el PSC dará en la votación del Congreso será "política, colectiva y colegiada".