José Luis Rodríguez Zapatero acusó a José María Aznar de aplicar "con tesón" una política de debilitamiento de los servicios públicos básicos, como el ferroviario. Cuando quedan cadáveres por identificar en el accidente de Chinchilla, y las familias de los 62 militares muertos a su regreso de Kabul rechazan las versiones reduccionistas del drama que ofrece el Gobierno, el líder socialista sostuvo que esa estrategia ha dejado "una España más frágil y a los ciudadanos más inseguros".

En su intervención ante el comité federal de su partido, Zapatero afirmó que la "descapitalización" de lo público llevada a cabo, a imagen de la que realizó Margaret Thatcher en Gran Bretaña, ha afectado a las carreteras, a las comunicaciones, a las Fuerzas Armadas, a la inspección laboral, a la seguridad marítima. Y no vale escudarse siempre, precisó, en los fallos humanos.

El líder del PSOE hurgó en los posibles planes de Aznar contra su persona, pronosticando que "utilizará toda la artillería a su alcance". A modo de anticipo, afirmó que no tolerará que los intereses del Estado se supediten a la "trama sucesoria", y prometió que ahorrará el "suplicio" de una campaña centrada en acosar por activa y por pasiva a Aznar.

COINCIDENCIAS

Ante el órgano que concentra el poder del partido, Zapatero leyó con satisfacción y humildad, los resultados del pasado 25 de mayo que demuestran, dijo, que "hemos ganado". También señaló que, a pesar de la derrota electoral del PP, éste no se ha derrumbado porque los cambios en los ciclos políticos no son inmediatos. A su juicio, al PSOE le corresponde ahora concentrarse en lanzar una "alternativa sólida" de poder, que merezca la credibilidad de los ciudadanos.

En la necesidad de aplicarse a fondo a articular un "proyecto creíble" coincidieron varias de las intervenciones, así como en señalar que el 25-M las urnas habían demostrado que el PP está "más entero" de lo previsto. La mayoría felicitó al dirigente vasco, Patxi López, por el crecimiento electoral registrado en Euskadi. El expresidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, consideró que no se había gestionado bien el "no a la guerra" tras el fin de la misma, y el presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra --que exhibió su admiración por Zapatero--, invitó a conseguir equipos capaces de transformar la posición de la calle en propuestas políticas.

ENTENTE CON IU

El líder del PSOE puso fin al debate felicitándose por "la cohesión envidiable del partido". Anticipó que concurrirán a las elecciones del 2004 "como socialistas sin maquillajes", buscando el voto en todos los caladeros. Zapatero se reunió el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados con el coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, y acordaron cerrar el paso al PP en todos los ayuntamientos en donde sea posible.