Los pronósticos se cumplieron. El PP no logró ni un solo apoyo para sacar adelante su propuesta estrella en el debate sobre el estado de la nación. Todas las demás fuerzas parlamentarias rechazaron de plano la petición de los populares de que se derogue la autorización parlamentaria del 2005 al Gobierno para negociar con ETA en ausencia de violencia y de que el Ejecutivo entregue las supuestas actas de sus contactos con la banda. Tras el debate, en declaraciones a los periodistas, José Luis Rodríguez Zapatero cargó contra Mariano Rajoy por utilizar la lucha antiterrorista en la batalla política y le avisó de que esa actitud vulnera el "espíritu de la transición".

La votación de la resolución del PP forzó, por tercer día consecutivo, que la lucha contra ETA estuviera en el primer plano de la confrontación política. Un hecho que varios portavoces parlamentarios reprocharon con dureza al principal partido de la oposición. Joan Herrera, de IU- ICV, cuya formación retiró una propuesta sobre política antiterrorista en aras del consenso en esta materia, acusó al PP de "intentar dividir" al Congreso.

LAS LECCIONES Ya fuera del hemiciclo, Zapatero calificó de "insólito" en democracia que un partido "llamado algún día a gobernar" haga oposición con el tema terrorista. Respecto a la exigencia del PP de que el Gobierno entregue las supuestas actas de los encuentros con ETA, dijo que "podría dar una respuesta, pero no lo permite la materia", y preguntó si "alguien se imagina" al líder conservador británico haciendo una petición semejante al anterior primer ministro, Tony Blair, durante el proceso de paz en el Ulster.

"Aprendí de la transición que no se usa el terrorismo en la lucha política, que hay que apoyar al Gobierno en la lucha contra el terrorismo porque es un proyecto de la democracia", dijo el jefe del Ejecutivo. Sostuvo que el ataque de ETA es "a todos", y recordó que "con todos los gobiernos de todos los colores políticos" se ha sufrido la amenaza.

Un periodista inquirió al presidente si daba por roto el incipiente regreso a la unidad exhibido tras su encuentro del 19 de junio en la Moncloa con el líder del PP. "Todos los españoles han escuchado lo que han escuchado en el debate", se limitó a responder. Y añadió que, en política antiterrorista, solo tiene para decir tres palabras: "Unidad, unidad, unidad".

El portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, no tardó en responder al jefe del Ejecutivo. Aludiendo a sus referencias al espíritu de los primeros años de la democracia, dijo el dirigente popular que lo que nadie se puede imaginar es a un presidente "cargándose" la transición y "cediendo" ante ETA. A su juicio, Zapatero no aprendió "más cosas" de la transición, como que las políticas de Estado se hacen "sin apartar a otra fuerza mayoritaria".

Dentro del debate de las resoluciones, Jordi Jané (CiU) transmitió al PP que los partidos no pueden permitirse la división en el ámbito antiterrorista, y reprobó la tentación de utilizar este asunto como "arma arrojadiza". José Ramón Beloki, del PNV, reclamó a los populares "lealtad", mientras que Begoña Lasagabaster, de EA, sostuvo que si en otros procesos de paz se hubiera exigido las actas de los encuentros habría provocado la "carcajada" de los negociadores.

EL DESPISTE La votación de la resolución del PP cumplió las previsiones, aunque deparó una pequeña sorpresa: el diputado popular Ismael Bardisa, de Madrid, votó en contra, al parecer por un despiste. La formación de Rajoy se llevó otro varapalo en su propuesta para "garantizar" la integridad de Navarra e impedir que se forme en esa comunidad cualquier Gobierno que "pueda conducir al cuestionamiento de su carácter propio, diferenciado y singular".