Animada por los debates electorales, que por fortuna han dejado en un segundo plano la rutina de los cansinos mítines diarios, la campaña llega mañana a su ecuador. Y lo hace con un balance halagüeño para el PSOE, pues los últimos sondeos confirman un tendencia al alza que, pese a mantenerlo aún lejos de la mayoría absoluta, al menos le permite despegarse del PP. La encuesta que hoy publicamos en estas páginas, confeccionada el martes tras el cara a cara entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, eleva a 5,5 puntos la ventaja del socialista, dos enteros más que la pasada semana. Nada está decidido aún, pues no acaba de disiparse la incógnita de la abstención, pero el horizonte se empieza a despejar.

La encuesta del Gabinete de Estudios Sociales y Opinión Pública (GESOP) para los periódicos del Grupo Zeta es la primera sobre estimación de voto que se realiza y publica tras el debate entre Zapatero y Rajoy. Y lo que refleja es muy revelador: mientras el PP se estanca en el 37% de hace una semana, el PSOE ha crecido dos puntos en los albores de esta campaña, que tuvo una primera inflexión con el triunfo del socialista Pedro Solbes frente al popular Manuel Pizarro, en el primer debate televisado, y una segunda, con el choque entre Zapatero y Rajoy.

El ascenso del PSOE y el frenazo del PP tienen su traducción en el reparto de escaños: entre 165 y 170 para los socialistas, hasta seis más de los obtenidos en las últimas legislativas; y entre 149 y 154 para los populares, frente a los 148 de que disponían desde el 2004. Respecto al último sondeo de GESOP, la horquilla del PSOE se desplaza seis escaños arriba y la del PP retrocede en menor medida.

EL VOTO UTIL Las encuestas internas que maneja el partido socialista arrojan un diagnóstico similar: entre 5,3 y 5,7 puntos de distancia respecto a los populares. Este ensanchamiento de la brecha entre las expectativas electorales de Zapatero y Rajoy responde a dos factores: el efecto movilizador de la propia campaña electoral, algo superior entre los antiguos votantes del PSOE que entre los que apoyaron al PP en el 2004, pese a lo cual la alta fidelidad de estos últimos se revela a prueba de debates televisivos; y el voto útil, sobre todo en el espectro de la izquierda. Presumiblemente en perjuicio de IU y, quizá, también de ICV-EUiA, aunque, a la hora de distribuir los restos electorales en cada circunscripción, el alza socialista puede diezmar a las fuerzas nacionalistas.

Afronta Zapatero este segundo tramo del periodo electoral --cuyo punto álgido será, el próximo lunes, el segundo asalto del combate televisivo con Rajoy-- con una íntima moral de victoria y el secreto afán de ahogar cualquier tentación triunfalista. Para rescatar de la abstención el voto de izquierdas, sin duda será clave el segundo debate televisivo, cuya audiencia podría superar los 13 millones de espectadores del lunes pasado. Consciente de ello, Zapatero se prepara para rematar la faena el lunes que viene, con un empeño especial en los mensajes económicos.

El presidente ha revisado el vídeo del primer cara a cara y, según sus asesores, reconoce que su exposición fue muy prolija en estadísticas y demasiado alejada de los españoles con dificultades para llegar a fin de mes, precisamente aquellos a quienes Rajoy trató de seducir. Zapatero se afanará a corregir ese error.

LA VIOLENCIA SEXISTA Ayer un nuevo argumento se coló en la campaña: la violencia machista. Después de que el martes esta lacra se cobrase la vida de otras cuatro mujeres --17 en lo que va de año--, Rajoy se apresuró a prometer más medidas preventivas, con el argumento de que la ley aprobada por el Gobierno del PSOE es insuficiente. Pero en esta ocasión Zapatero sí estuvo al quite: admitió que "hay que hacer más cosas" y prometió diseñar, junto a los presidentes de las comunidades autónomas, "un gran plan nacional" contra la violencia sexista.