El camino está despejado. José Luis Rodríguez Zapatero transmitió ayer al comité federal del PSOE un mensaje optimista sobre el "tramo final" de las negociaciones sobre el Estatuto catalán. La dirección del partido suscribió al 99% un aval de confianza en su líder para que remate el acuerdo, pero exigió que se materialice "ya" para evitar más desgaste electoral. Como ya es costumbre en él, Zapatero medió entre las diferentes visiones del proceso que mantienen sus dirigentes. A quienes han criticado la negociación desde las filas socialistas les reprochó que "hagan el juego a los que quieren dificultar el acuerdo"; y a los partidos catalanes les pidió un "último esfuerzo" y una apertura de miras, para que Cataluña deje de "enfrascarse permanentemente en el debate identitario".

El de ayer fue un comité federal tranquilo para el líder socialista. Hasta los más críticos con el texto contuvieron sus reproches y optaron por cerrar filas en favor de un acuerdo que adivinan próximo y asumible tanto en Cataluña como en el resto de España. Lo único que pidieron fue un empujón final para "cerrar ya", pero no a cualquier precio, un asunto que ha provocado desgaste electoral al PSOE, y cuyo precio en las urnas temen sufrir en las autonómicas y municipales del 2007. Esa fue la tónica del grueso de las 23 intervenciones, aunque no asistieron al cónclave ni Juan Carlos Rodríguez Ibarra ni José Bono, dos de los dirigentes que más han criticado el Estatuto.

En el lugar de Ibarra hablaron los dirigentes extremeños Francisco Fuentes y Ramón Ropero, los más críticos en el comité de ayer. El senador Fuentes se pronunció en la misma línea que ha hecho esta semana Ibarra, en el sentido de que hay que parar la negociación y pactar las reformas estatutarias con el PP.

Incluso utilizó una metáfora taurina para referirse al Estatut y subrayar que es como cuando te va a dar una cornada y aunque llegue el "doctor Rubalcaba" y te va a curar, si hubiera venido con los "pitones más afeitados" hubiera sido mejor. Argumentó que se había prometido que el Estatuto iba a llegar constitucional y luego no ha llegado así, algo en lo que incidió Ramón Ropero, informa Europa Press.

Los extremeños hicieron incluso una alusión a Manuel de Madre y a sus habituales referencias a su procedencia andaluza y al amor que siente por Cataluña, afirmando que cuando se hacen grandes declaraciones de amor, se están ocultando grandes infidelidades.

Zapatero dedicó el resto de sus mensajes a las fuerzas catalanas y al PP. Al cuatripartito --que debe pronunciarse sobre la última oferta que el PSOE prevé enviarle hoy-- le pidió un "último esfuerzo" en esta "fase final de la negociación" para sellar un acuerdo. Si se alcanza, vaticinó, figurará en la "hoja de servicios ya muy repleta" que el PSOE y los partidos catalanes "tienen con la España democrática".

El presidente aprovechó ese razonamiento para invitar a Cataluña a "abrirse al exterior", asumir el Estatuto consensuado y evitar "enfrascarse permanentemente en el debate sobre su identidad". El asunto de la definición de Cataluña como "nación" no fue mencionado por nadie excepto Maragall, que en su intervención insistió en que Cataluña está ahora en condiciones de definirse como nación.

NO AMILANARSE Reforzada la unidad interna, los socialistas destinaron al PP el grueso de sus críticas. Zapatero rememoró las "exageraciones, aspavientos e insultos" del líder del PP, para concluir que con el tiempo deberá hacer "autocrítica". A los socialistas que mostraron temor ante la repercusión electoral les pidió coraje: "Que nadie se amilane ante los profetas del miedo".