La reunión pretendía ser discreta, alejada del foco mediático, pero no lo fue, y se canceló. José Luis Rodríguez Zapatero aparcó ayer su cita en la Moncloa con el secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, después de que esta trascendiera el día anterior. El presidente del Gobierno quería decirle al líder de PSOE de Madrid, elegido por él mismo tres años atrás, que lo mejor para los intereses del partido es que deje paso a la ministra de Sanidad, Trinidad Jimé- nez, como candidata autonómica en esta comunidad para las elecciones de mayo del 2011.

Hasta el momento, Gómez ha reiterado que su intención es enfrentarse a la popular Esperanza Aguirre y, según fuentes cercanas a su entorno, sigue decidido a luchar para conseguirlo, pero el jefe del Ejecutivo confiaba no solo en persuadirle de lo contrario, sino también de que debía impulsar la candidatura de Jiménez, quien hasta el momento no ha dicho nada sobre este asunto. Sin embargo, la Moncloa apareció ayer rodeada de cámaras, y esta circunstancia, unida a la firme decisión de Gómez de dar la batalla, provocaron que Zapatero aplazase la reunión, de la que aún no hay fecha.

SIN COMENTARIOS El jefe de los socialistas madrileños no quiso hacer ninguna declaración tras conocerse la anulación porque, dijo, "no es el momento". Gómez fue abordado por varios periodistas, según explicó la agencia Efe, tras salir de un conocido restaurante de la Gran Vía cercano a la sede del PSM, justo a la hora en la que había sido convocado a la reunión con Zapatero. A continuación entró en la sede del partido donde, según fuentes socialistas, iba a continuar el trabajo junto a sus colaboradores.

La portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Maru Menéndez, que acompañó a Gómez al restaurante, aseguró que Gómez está "estupendo". "Estamos trabajando en nuestras tareas de oposición. Estamos últimamente un poco entretenidos con otras cosas y hay que retomar muchos temas pendientes importantes que tenemos", recalcó. Sin embargo, Menéndez declinó hacer comentario alguno sobre la reunión que iban a celebrar ayer su jefe de filas y el secretario general del partido socialista, al igual que pasó con numerosos dirigentes socialistas de ámbito nacional, autonómico y local consultados por Efe.

Unicamente se pronunciaron sobre el encuentro, y antes de que se conociese su aplazamiento, la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, y el alcalde de Leganés (Madrid), Rafael Gómez Montoya.

Pajín pidió una reflexión "discreta", "prudente" y "sosegada" en el seno de su partido sobre los candidatos en la Comunidad de Madrid, "dialogando, mirando todas las posibilidades y respetando profundamente al PSM". En declaraciones a RNE, la dirigente socialista recordó el "respeto" que merece el secretario general del PSM y la Federación Socialista Madrileña después del "gran trabajo" que ha desempeñado desde hace tres años.

Por su parte, Gómez Montoya afirmó que no se va a decantar ni por Tomás Gómez ni por Trinidad Jiménez, porque desde niño le enseñaron que "a papá y a mamá hay que quererlos por igual", y abogó por una decisión consensuada.

JIMENEZ, DE VACACIONES La otra implicada en este embrollo, la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, parece ajena a todo. De momento continúa sus vacaciones al margen de los focos y los taquígrafos de Madrid, un descanso que, según manifestó a la agencia Efe, dentro de poco interrumpirá algunos días para atender algunas citas "ineludibles" que tiene en la capital.