España debe contribuir a la paz y al orden internacional con un nivel de fuerza adecuada a su capacidad como octava potencia industrial del mundo y siempre sometida a la autorización del Parlamento. Con estas palabras, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reafirmó ayer ante la cúpula militar la voluntad del Ejecutivo de mantener e incrementar las misiones de paz y seguridad.

Para ello se requiere un proceso de transformación de las Fuerzas Armadas que, en palabras del jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), teniente general Félix Sanz Roldán, "ha de permitir que la mayor parte de nuestras unidades sean proyectables al exterior". En su informe al presidente del Gobierno, Sanz Roldán cifró en 89.000 el número de soldados necesarios en el 2010 y en 50.000 el de cuadros de mando. También agradeció que el Gobierno haya afrontado con decisión "el mal endémico" de los bajos salarios.

La última reunión de la Junta de Jefes de Estado Mayor (JUJEM), antes de su desaparición prevista en la nueva ley de la defensa nacional, también acordó invitar a todos los países latinoamericanos al desfile del 12 de octubre.

CAPACIDAD AEREA El presidente, que en noviembre había presidido la JUJEM a bordo del portaeronaves Príncipe de Asturias, quería conocer las capacidades del Ejército del Aire. Por eso, el ministro de Defensa convocó la reunión de ayer en Zaragoza.

El viaje desde Madrid empezó con una demostración. Dos cazas F-18 que escoltaban el Falcon 900 en el que viajaban Zapatero, Bono, el JEMAD y el jefe del Ejército del Aire, general Francisco José García de la Vega, se conectaron a la vez a las mangueras de un Boeing 707 del Grupo 47, al mando del coronel Manuel Fonseca, para recibir combustible. Los aparatos volaban a 700 kilómetros por hora y a una altura de 4.500 metros. Dentro de la nave nodriza viajaban el director de la Guardia Civil, Carlos Gómez Arruche; el jefe del Ejército de Tierra, teniente general Juan Antonio García González y el de la Armada, almirante Sebastián Zaragoza.

Ya en la base zaragozana, donde estuvo acompañado por el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, Zapatero contempló una amplia muestra del material proyectable en misiones en el exterior, como el Sistema Espada de protección y apoyo al despliegue aéreo, dotado de defensas antiaéreas con misiles Aspide y Mistral.