José Luis Rodríguez Zapatero quiere que la moderación y el diálogo sean la divisa del PSOE. Por eso ayer, dos semanas antes de exponer su programa de Gobierno en la sesión de investidura, el líder socialista reunió a sus parlamentarios para adoctrinarlos sobre cómo administrar la victoria del 14-M. El futuro presidente advirtió a sus correligionarios de que su cometido no debe ser "imponer" el programa del PSOE, sino "recabar apoyos para llevarlo a la práctica".

"La legislatura que comienza es apasionante, pero me gustaría que fuera de pasiones contenidas, serenas e inteligentes". Como ya hiciera la misma noche de su triunfo en las urnas, ayer Zapatero se esforzó en enfriar los ánimos de los socialistas, y también en concienciarlos de la responsabilidad derivada del "caudal de confianza" que han obtenido de los ciudadanos. Todo ello después de ser recibido con una encendida ovación de sus 256 parlamentarios.

El próximo jefe del Ejecutivo quiso dejar claro que el pacto sobre los órganos de dirección del Congreso y el Senado, forjado por el PSOE con todas las fuerzas parlamentarias salvo el autoexcluido PP, será el modelo a seguir toda la legislatura. En un discurso de apenas siete minutos, Zapatero repitió hasta en tres ocasiones la misma consigna: "Gobernaremos para todos".

LAS IDEAS AJENAS "La tarea que tenemos por delante no consiste en imponer nuestro programa, sino en recabar apoyos para llevarlo a la práctica, enriquecerlo con las ideas y las aportaciones de los demás", aleccionó el líder socialista a sus diputados y senadores, reunidos ayer en sesión conjunta en el Congreso.

Machaconamente, Zapatero recordó a los parlamentarios del PSOE que, aunque hayan sido elegidos "para llevar adelante un programa propio", su misión es forjar consensos, cuanto más amplios, mejor. "No sólo hay que respetar a las minorías, sino que hay que explorar las maneras de integrar con generosidad sus aspiraciones en la aplicación de nuestras propuestas", dijo.

Zapatero tiene muy presente que en su victoria del 14-M tuvo mucho que ver el aislamiento político del PP, sus formas intransigentes, su perpetuo enfrentamiento con la oposición. A su juicio, en las elecciones generales "ganó la política", entendida como "expresión de cultura y la civilización, diálogo e intercambio de pareceres, siempre en busca del consenso". Los votantes, advirtió al PSOE, tienen "larga experiencia política y democrática", conocen "los límites que el poder democrático nunca debe transgredir".

Una de las conductas que siempre se castigan es el incumplimiento de las promesas. Zapatero dijo que uno de sus compromisos fue devolver al Parlamento su "papel central en la vida pública", y "eje del debate sobre la orientación general de una acción política dialogada".