El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, arrancó el segundo 'cara a cara' televisivo con el candidato del PP a La Moncloa, Mariano Rajoy, reclamando un "debate de ideas", mientras el líder de los 'populares' enumeró los problemas por los que, a su juicio, atraviesa España.

Zapatero, a quien hoy le tocó iniciar cada una de las intervenciones, se comprometió a explicar cuál es su proyecto político para que España siga creciendo económicamente y traduzca "ese crecimiento económico en crecimiento social".

"Juntos, empresarios, sindicatos y Gobierno podemos superar un momento de desaceleración económica que vive España en un contexto mundial", tranquilizó el candidato socialista a La Moncloa, que explicó que su propósito es "crear dos millones de empleos en los próximos cuatros años, la mitad de ellos para mujeres".

También se fijó como metas el refuerzo de la "estabilidad laboral", la lucha contra la "precariedad", el logro de la "igualdad plena entre hombres y mujeres, también en los salarios" y hacer de España un país que "defienda los valores del desarrollo sostenible en la lucha contra el cambio climático y contra la pobreza en el mundo".

Sus objetivos son también, aseguró, "hacer una España segura, unida contra el terrorismo, más segura en las calles, en las carreteras, pero también más segura en los centros de trabajo". "Que plante cara al delito, a la imprudencia en las carreteras y a los accidentes laborales", añadió. España debe también alcanzar, agregó, "las cotas de educación y cultura que se merece una gran potencia como es España".

Libro blanco

Zapatero cerró su intervención inicial aseverando que en toda su trayectoria política ha intentado que "el insulto y la descalificación no contamine el debate público" y esperó que en este debate ambos presenten "ideas, propuestas y soluciones con limpieza y veracidad".

Para ello, dijo, ha traído consigo un "libro blanco" con todos los datos que expuso en el debate anterior y presentará en éste que mañana estará disponible en Internet para toda la ciudadanía.

El líder del PP arrancó su intervención afirmando que hoy él también hablará "de la verdad", para a continuación enumerar los problemas por los que atraviesa España, bajo su punto de vista.

Así, se refirió a esa "mayoría de españoles que lo están pasando mal" por la subida del paro, el alce de los precios o las hipotecas. "Cuando hablamos de que crece el paro estamos hablamos de personas que tienen sentimientos, que a veces viven dramas personales", señaló.

"Cuando hablamos de la subida de los precios también hablamos de personas, de quien mira su nómina y su pensión (...) de quien se tiene que apretar el cinturón para llegar a fin de mes", añadió Rajoy, que denunció que la situación económica actual de las familias españolas "es peor que hace cuatro años". Por ello, pidió a Zapatero que no niegue la realidad, porque al hacerlo, demuestra que "es imposible que pueda afrontarla".

La inmigración descontrolada

Rajoy advirtió además que la inmigración "no está controlada" y pidió "orden y control". Admitió que hay mucha gente que viene a España "a trabajar" y que deben "tener los mismos derechos que los españoles", pero consideró que "hay muchos derechos de españoles que se ven perjudicados" por la inmigración.

"Se nos dice que España está más unida y cohesionada que nunca, pero tenemos un referéndum de separación convocado para este año y uno anunciado para el futuro", recordó, al tiempo que se refirió a la educación como "un problema capital".

A juicio de Rajoy, "tampoco va bien la seguridad ciudadana" y "crece la delincuencia". A modo de resumen, consideró que el Gobierno de Zapatero ha "equivocado las prioridades" al olvidarse de "lo esencial, la economía" y centrarse en cambio en "dos grandes proyectos, el primero cambiar España y el segundo, negociar con ETA", que acabaron en "fracaso".

Rajoy abogó por un Ejecutivo que "dé certidumbre, dé seguridad, se ocupe de los problemas reales de los españoles, busque acuerdos, que sea un Gobierno para todos y que no divida a los españoles".