José Luis Rodríguez Zapatero atribuyó a las "malas artes" del PP que, desde la noche del 25 de mayo "no han dejado de practicar", una parte muy importante de la derrota socialista. Pero el secretario general del PSOE no cargó sobre ellos todas las culpas. La otra parte del descalabro, admitió Zapatero, se debió a que el PSOE sigue pagando el error de incluir a dos traidores en su candidatura del 25 de mayo. Algo que, aseguró, "no volverá a producirse jamás".

El espectáculo "lamentable" que se ofreció con la difusión de los datos del recuento, la actuación de Telemadrid y la comparecencia del presidente en funciones, Alberto Ruiz-Gallardón, para confirmar que el PP obtenía su escaño 56, colmaron la paciencia de los socialistas. "¿Esto qué es?", inquirió Zapatero, al denunciar el "uso partidista" que hace el PP de las instituciones públicas.

RECUPERAR LA DIGNIDAD

En consecuencia, anunció que su partido va a volcarse en recuperar la dignidad de las instituciones y en promover un giro social de la acción política.

El secretario general del PSOE ofreció todo su apoyo a Rafael Simancas. El resultado obtenido en Madrid, algo más de un millón de votos, consolidan su posición como líder de la Federación Socialista Madrileña (FSM) y como portavoz de la oposición en la Asamblea de Madrid. Un liderazgo que Zapatero llegó a poner en duda este verano.

Los populares, por su parte, se mostraron ajenos a los problemas del escrutinio e incluso se presentaron como víctimas. Según Mariano Rajoy, hubo electores que "se fueron a dormir" creyendo que el PSOE había ganado las elecciones, ya que la victoria de Esperanza Aguirre no se supo hasta las 22.55 horas. La sospecha de manipulación es "injusta" y de "enorme gravedad".

Rajoy hizo suyas las explicaciones que Alberto Ruiz-Gallardón ofreció al comité ejecutivo del PP. La diferencia entre los primeros resultados y los últimos, que dieron el vuelco, "se ha dado siempre" en Madrid, según su presidente en funciones.

"Soltamos los datos en el orden que llegaban", dijo Gallardón, que añadió que "ni los técnicos ni los políticos" tienen "capacidad de discriminación" ni de "intervención discrecional".

Ruiz-Gallardón justificó su anuncio del triunfo de Aguirre con el 94% escrutado cuando los datos oficiales se pararon en el 92% en que "ya no había posibilidad de que el resultado modificara que gobernaría la derecha".

Los populares aseguran que también quedaron desconcertados ante unos iniciales resultados adversos que después se tornaron favorables. Tanto Rajoy como Gallardón se agarraron a una explicación dada por los expertos: la edad avanzada de los presidentes de las mesas de los barrios que mayoritariamente votan al PP causó la lentitud en el recuento.

DIFERENCIAS

Más allá de la polémica, Rajoy diferenció entre el voto a su partido en mayo y el domingo. Entonces, según Rajoy, el electorado respaldó "los años de gobierno razonable" de Ruiz-Gallardón. Ahora ha valorado la importancia de tener un "gobierno estable".