Las elecciones catalanas pueden alterar las alianzas parlamentarias de José Luis Rodríguez Zapatero. Sobre todo, cara a la tramitación de los presupuestos del Estado. Pero el presidente ha decidido hacer de la necesidad virtud y, como tiene por costumbre, pactar con todos sin casarse con nadie. Su aspiración, según fuentes gubernamentales, es sacar adelante el presupuesto sin atarse a CiU ni a ERC.

El PSOE ya ha iniciado las conversaciones exploratorias con CiU, ERC e IU-ICV para asegurarse la aprobación de las cuentas del Estado del 2007. Tramitado el Estatut sin el voto republicano, el panorama es sensiblemente distinto al del pasado año, cuando el Gobierno pactó las cuentas con sus socios de izquierdas mientras CiU acabó incorporándose al acuerdo.

No habrá, por tanto, pactos presupuestarios en exclusiva. Así se lo ha transmitido el PSOE a CiU, y ayer lo hizo el portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Diego López Garrido, en sendos encuentros con Joan Puigcercós (ERC) y los portavoces de IU-ICV, Gaspar Llamazares y Joan Herrera. Las conversaciones con el vicepresidente económico, Pedro Solbes, empezarán la próxima semana con la idea de que tomen cuerpo a primeros de septiembre.