Esta vez sí. José Luis Rodríguez Zapatero llegó anoche a Varsovia para celebrar hoy la cumbre hispano-polaca prevista en origen para el 14 de diciembre, y que el presidente español suspendió por "cansancio" tras comparecer durante 15 horas ante la comisión del 11-M en el Congreso. El jefe del Ejecutivo se encontrará hoy con el primer ministro polaco, Marek Belka, pero no podrá hacerlo con el presidente de la república, Aleksander Kwasniesky, que desde el lunes se encuentra en Washington invitado por George Bush. Polonia mantiene tropas en Irak, de donde España las retiró nada más acceder Zapatero a la presidencia.

Acompañan a Zapatero los ministros de Industria, Fomento, Agricultura, Trabajo y Justicia. El Gobierno ha querido con esta amplia delegación limar las asperezas en la relación hispano- polaca surgidas tras la anulación de la cumbre por parte de Zapatero. La de hoy será la segunda cumbre hispano-polaca y la primera para Zapatero. Fue José María Aznar quien quiso distinguir a Polonia con la instauración de estas cumbres bilaterales que, habitualmente, España sólo celebra con los países de su entorno. La mejora de las relaciones comerciales entre los dos países y la discusión sobre los fondos de cohesión europeos centrarán las conversaciones.

CARTA FORMAL Zapatero recibió duras críticas de Mariano Rajoy tras suspender la cita en Varsovia. El presidente decidió invitar al líder de la oposición a acompañarle para que comprobara por sí mismo que las relaciones con Polonia no se habían visto afectadas por el aplazamiento. Hace diez días reiteró su invitación por carta a Rajoy, pero éste optó por no responderle, según fuentes de la Moncloa.

Zapatero y Belka debían verse a solas, pocos días después del plantón, en la Cumbre de la UE en Bruselas. Tampoco pudo ser. Esa vez fue Belka el que llegó tarde, con lo que se limitaron a saludarse brevemente.