Es el adjetivo de moda en la Moncloa. "Masivo" fue, según denunció el lunes José Luis Rodríguez Zapatero, el "engaño" urdido por José María Aznar tras el 11-M. Ayer el presidente se copió a sí mismo cuando, durante la sesión del control al Gobierno, reprochó a Mariano Rajoy que el PP haya entrado en una "etapa de descalificación masiva". Masivos fueron los aplausos en la bancada socialista y copiosos, aunque menos, los abucheos populares.

Según el orden del día aprobado la pasada semana, Rajoy iba a preguntar a Zapatero sobre el futuro de las ayudas europeas que aún recibe España. Como casi siempre, el líder del PP recurrió a su prerrogativa de cambiar la pregunta, que pasó a versar sobre las críticas de la vicepresidenta, Teresa Fernández de la Vega, a "curas y jueces". Pero, como no hay dos sin tres, al final interpeló a Zapatero por la anulación de la cumbre polaco-española, prevista para el martes, tras sus 14 horas de comparecencia en la comisión del 11-M.

"HACIENDO AMIGOS" Lamentó Rajoy que el presidente adujera "cansancio" para "dejar tirados" a los miembros del Gobierno polaco, que "siga haciendo amigos" en el extranjero y que se esté labrando "una reputación internacional manifiestamente mejorable".