Dos líderes europeos, uno socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, y el otro conservador, Jacques Chirac, se dieron ayer la mano en Barcelona para pedir que España, por encima de ideologías, apoye la Constitución europea en el referendo. "Ni este acto ni la decisión del día 20 son de partido, sino de país", sentenció el presidente español en un acto al que finalmente tampoco asistió el alemán, Gerhard Schröder, que adujo problemas de salud.

El Palacio de Congresos de Barcelona acogió ayer un acto cívico de formato inusual. Sin más banderas que la enseña de la Unión Europea (UE), sin siglas partidistas y ante 1.300 personas --una nutrida representación de la sociedad civil catalana--, el presidente del Gobierno español y el de la República francesa exhibieron su complicidad en favor de la Euroconstitución. O, lo que a juicio de ambos es lo mismo, en favor de un futuro europeo "sin guerras ni dictaduras, de libertad y de progreso", en palabras de Zapatero.

APOYO ROTUNDO Chirac, que precedió al anfitrión en el uso de la palabra, pidió a España una "participación masiva" en el referendo, y "un rotundo y contundente" que indique al resto de la UE "el camino a seguir". Y reclamó a los españoles ese apoyo mayoritario "independientemente de las diferentes sensibilidades políticas", porque la Carta Magna "no es un texto partidista, sino de todos los europeos".

Un argumento que Zapatero retomó en su intervención al resaltar el simbolismo de que "un líder político de centroderecha", como Chirac, y un mandatario socialista, como él mismo, defiendan "con las mismas ganas" el al Tratado.

Aquí fue donde el líder socialista se permitió deslizar un claro reproche al presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, que ha declinado la invitación del PSOE de organizar actos conjuntos en favor de la Euroconstitución. Al elogiar a Chirac, Zapatero no pudo evitar compararlo con el PP. "Algunos pueden preguntarse si es de centroderecha viendo a los que tenemos por aquí", ironizó. Y Chirac, complaciente, esbozó una sonrisa.

Si Chirac defendió el proyecto europeo como contrapeso al "poderío" de Estados Unidos, Zapatero alabó a su invitado por el ejemplo de "valentía y dignidad" que ofreció al rechazar la guerra de Irak. El presidente francés no ocultó ni su afinidad con Schröder, a quien deseó una pronta recuperación de su "gripe europea", ni su distancia respecto al otro ausente, Silvio Berlusconi. Schröder y Berlusconi enviaron sendos mensajes a favor del sí.

POLITICA EXTERIOR El presidente francés se mostró convencido de que, tras la aprobación de la Constitución, se producirá un avance significativo en la política exterior común. Esto, dijo, hará que sea "muy improbable" la repetición de las discrepancias que la guerra de Irak provocó entre los países de la Unión. Chirac defendió que el nuevo Tratado consolida a Europa como "elemento moderador" en materia de defensa y que, a partir de ahora, debe ser capaz de afianzar su unidad en este terreno para "poder aportar a la OTAN algo más que fuerzas puestas a disposición de Estados Unidos".

El presidente español también destacó que "la gran noticia" de la Constitución europea es que "se pasa de la unión de los estados a la de los ciudadanos", y se establece "como divisa la diversidad" y el reconocimiento de "las identidades y el autogobierno". Subrayó que se consagra el principio de subsidiaridad y se refuerza el Comité de las Regiones, a la vez que se dota de una mayor participación a los parlamentos nacionales. En el caso de España, añadió, él desea reforzar estos principios reformando el Senado para que sea una Cámara de representación territorial.

La conferencia-coloquio reunió a representantes de la banca, la empresa, la cultura y los medios de comunicación, entre ellos el presidente del Grupo Zeta, Francisco Matosas.