El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha fijado hoy el orden de los pasos que han de darse para que avance el proceso de paz en el País Vasco, y ha asegurado que, sin violencia, avanzará el diálogo, pero con ella, "nada de nada".

Zapatero ha hecho estas consideraciones en la conferencia de prensa que ha ofrecido en Estambul junto con el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, tras ser preguntado por las dificultades que en ese proceso puede representar la violencia callejera.

El jefe del Ejecutivo ha subrayado que toda violencia, en este caso la callejera vivida últimamente en el País Vasco, es "absolutamente rechazable e inaceptable" en un país democrático de libertades, y ha garantizado que los autores de esa violencia "responderán por ello".

A renglón seguido, Zapatero se ha referido a los tiempos que debe seguir el proceso, al señalar que la primera exigencia es la ausencia de violencia, la segunda fase será el diálogo y, en tercer lugar, "un acuerdo de convivencia en Euskadi".

Fuentes del Ejecutivo han destacado el hecho de que por vez primera Zapatero haya fijado públicamente el orden que debe seguir el proceso, haciendo hincapié en que con violencia, incluida la callejera, no hay posibilidad de dialogar.

Zapatero no querido hacer más análisis sobre la marcha del proceso debido a que dijo que no quería sumarse a las "muchas personas" que se dedican a describir la situación del mismo, y se ha limitado a reiterar su "firmeza" ante los principios fijados por él mismo. Además, sin citar expresamente al PP, ha criticado a este partido por la posición que mantiene en el proceso.

Zapatero ha dicho que se vive "una especial paradoja" ante el hecho de que, en un momento de ausencia de víctimas mortales por el terrorismo en España, se pretenda hacer oposición con el terrorismo, tanto con lo sucedido el 11-M "como, ahora, y de manera casi monográfica con la lucha contra la violencia de ETA".

Por otro lado, hoy se ha sabido que el 85% de los ciudadanos de Euskadi tienen la esperanza de que en los próximos años se consolide la paz en este territorio. Por su parte, un 31% de los vascos están preocupados por el momento actual del proceso de pacificación,

Así lo ha dado a conocer el Gobierno de Vitoria al revelar los resultados de una encuesta relativa a la situación del proceso de paz, realizada entre los días 30 y 31 de octubre, mediante entrevistas telefónicas a 600 personas.

La encuesta desvela que las dos sensaciones predominantes en la ciudadanía vasca son "el optimismo y la ilusión", mencionadas por un 40% en ambos casos, y la preocupación, destacada por un 31%. No obstante, un 85% tiene esperanza de que en los próximos años se consolide la paz en el País Vasco.

El fin de ETA

Asimismo, un 13% de los encuestados admiten sentirse "confusos" y el 12% manifiestan tener la sensación de que "se está desaprovechando el tiempo". Además, otro 10% de las personas consultadas se muestran "desilusionadas" y un 5% dicen sentir "miedo".

Sin embargo, un 85% aseguran "tener esperanza de que en los próximos años se consolide la paz en el País Vasco" frente al 12% de ciudadanos que dicen que no comparten esta esperanza.

Por otro lado, el sondeo interpela a los ciudadanos sobre cuál debería ser el objetivo del proceso de paz vasco. Alrededor de un tercio de la ciudadanía (un 35%) responden que "el objetivo debería ser la desaparición de ETA". Un 55% opina que, "además" del fin de la banda terrorista, la paz debería implicar "cambios sociopolíticos".

Asimismo, son mayoría (un 67%) los que consideran que "al final del proceso, se debería respetar lo que la sociedad vasca decida, sea lo que sea", mientras que un 15% están a favor de esta premisa "solo si no implica reformas constitucionales".

El anuncio del resultado de la consulta se produce horas después de que el Gobierno reitere que no cederá a "chantajes" en el proceso de paz tras el ataque a dos policías municipales en Bilbao.

Por su parte, el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, no ha condenado los recientes actos de kale borroka, pero insinúa que el preso etarra De Juana Chaos debería dejar la huelga de hambre que ha iniciado.

Respuesta del PSE-EE

Por su parte, el secretario general del PSE-EE vizcaíno, José Antonio Pastor, ha advertido hoy al portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, de que la sociedad vasca "ni le debe nada a ETA ni al señor De Juana Chaos", porque "el silencio de las armas" no es "un favor". Además ha indicado que "ETA y su entorno, con el robo de las armas, con el mantenimiento de la kale borroka "son los únicos obstáculos que tiene ahora mismo el proceso de paz".

Pastor ha respondido las palabras de Otegi en un acto de las Juventudes Socialistas de Euskadi (JSE-Egaz). "Quiero mandarle un mensaje muy claro al señor Otegi: no nos va a engañar ni a los ciudadanos vascos ni a los partidos políticos, no puede pretender otra vez trasladar la responsabilidad de lo que está ocurriendo a los partidos políticos o al Gobierno. Aquí no hay más que un responsable de lo que está ocurriendo, es ETA y su entorno", ha dicho el dirigente socialista.

En este sentido, ha negado que la solución a la actual situación política pase por "poner encima de la mesa más territorialidad ni más autodeterminación", sino por una apuesta por la política, "radicalmente incompatible con la violencia", y por "el acatamiento del sistema de derechos". "Que lo tenga muy claro, que no nos engaña a nosotros y que no quiera engañar a su propia gente", ha dicho.

Además, Pastor ha dicho que los "obstáculos" están "en el tejado de ETA y en el de la izquierda aberzale", por lo que, incidió, "ETA ni puede tutelar nada, ni puede esperar nada del Estado de Derecho, hasta el día en que renuncie de forma definitiva a seguir usando las armas para imponer su criterio político".

Las críticas de Pastor también se han dirigido al Partido Popular, al que ha acusado de "miseria política" por sus afirmaciones de que los socialistas "están rompiendo España, son débiles ante los nacionalistas, o que ceden al chantaje de ETA", algo que, indicó, es "absurdo" y una muestra de "oportunismo electoral" y "mediocridad". "Su deslealtad con el Gobierno terminará por quebrar su credibilidad política y su unidad", ha advertido.