El Gobierno considera que las relaciones de España con Marruecos se encuentran en su momento "más dulce" de los últimos años y está decidido a intensificarla aún más, coincidiendo con un aumento de la presión migratoria desde el país magrebí y el recrudecimiento del conflicto del Sáhara. Para José Luis Rodríguez Zapatero, la inmigración ilegal y el terrorismo islamistas constituyen las principales amenazas para los intereses españoles y obligan a una estrategia de cada vez mayor aproximación a Rabat.

El presidente del Gobierno llega hoy con ese espíritu a su encuentro con el primer ministro marroquí, Driss Yetú, en el marco de la séptima reunión de alto nivel (RAN), que se celebra hoy en Sevilla. Ocho ministros de cada país intervendrán en el encuentro, en el que el Ejecutivo pretende avanzar en el establecimiento de un "colchón de intereses comunes" que reduzca los riesgos de futuros conflictos bilaterales, según señaló un portavoz de la Moncloa.

En vísperas de la cita, el Gobierno minimizó la responsabilidad de Rabat ante los últimos incidentes protagonizados por centenares de subsaharianos que han pretendido sortear la valla que separa a Melilla de suelo marroquí. Aunque el Ejecutivo valora la actitud del Gobierno marroquí, la considera "mejorable". Por eso, Zapatero pedirá a Yetú mayor control de sus fronteras.

COLABORACION SATISFACTORIA El ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, afirmó ayer en el Congreso que el Ejecutivo está satisfecho por la colaboración de las autoridades marroquís. Un portavoz gubernamental señaló que Marruecos, más que fuente del problema de la inmigración ilegal, es hoy víctima de ella, por haberse convertido en territorio puente de los subsaharianos que intentan llegar a Europa.

Los asesores de la Moncloa sostienen que, desde la llegada de Zapatero al Gobierno, las relaciones con Marruecos se encuentran muy bien engrasadas y por lo tanto no es previsible que se produzcan grandes anuncios en la reunión de alto nivel de hoy. Sin embargo, el Gobierno lleva bajo el brazo algunas iniciativas concretas encaminadas a abordar conjuntamente algunos de los problemas más acuciantes.

Así, España ofrecerá financiar centros de reinserción en Marruecos con el fin de devolver a los menores de ese país que llegan en pateras a las costas españolas. Hoy resulta muy complicada esa devolución, porque en la mayoría de los casos los padres de los afectados no dan la cara con la esperanza de que expire el plazo de 18 meses y sus hijos puedan acceder a la residencia española.