El habitual debate que se hace en el Congreso el miércoles siguiente al Consejo Europeo de Bruselas se convirtió ayer en un diálogo pausado sobre el futuro y los retos económicos de España. Los portavoces de los grupos, y especialmente el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, se imbuyeron del espíritu navideño y aparcaron sus diferencias en pos de la estabilidad del euro. Rajoy, con unas encuestas que le dan más de 12 puntos de ventaja, se ve muy pronto en esas cumbres europeas, donde la mayoría de los gobiernos son conservadores, y se presentó con un tono de hombre de Estado. "He querido hacer hincapié mucho más en lo que nos une, que es mucho, que en lo que nos separa, que es bastante: poner en valor nuestra adhesión al euro por encima de las diferentes políticas que preconizamos unos y otros para nuestro desarrollo económico".

Ante esta declaración de buena voluntad, Zapatero, en su segunda intervención, advirtió de que se necesitan cinco años para "corregir los desequilibrios estructurales" de la economía, un objetivo para el que pidió "sumar esfuerzos y llegar a acuerdos". "No es una tarea solo de un gobierno, tenga el color político que tenga, es una tarea colectiva", declaró el jefe del Ejecutivo en la tribuna de la Cámara baja. Zapatero, dirigiéndose al líder del PP, puso como ejemplo Suecia y Alemania, países donde, dijo, gobiernos socialdemócratas impulsaron las reformas que en estos momentos están aplicando ejecutivos conservadores.

COMO ALEMANIA Y SUECIA El presidente del Gobierno insistió en que a menudo se pone a estos dos países como modelo por su capacidad para superar esta crisis y por su "fortaleza económica, competitividad y preservación del Estado social", pero nunca se recuerda que se debe a las reformas que hicieron hace una década. "Si queremos tener los resultados de Alemania y Suecia, ¿no debemos hacer los esfuerzos de Alemania y de Suecia como país?", preguntó.

Este ejemplo sirvió al jefe del Ejecutivo para subrayar la necesidad de reformar las pensiones y no, declaró, para dar un mensaje "a los mercados", sino para "garantizar el futuro de los más jóvenes". Zapatero continuó argumentado su voluntad de alcanzar "grandes acuerdos" con el PP y el resto de partidos para mejorar la productividad, dejar atrás la rigidez de las instituciones laborales, fortalecer la cooperación autonómica y alcanzar un pacto energético.

Ante una proposición tan directa, Rajoy, en su turno de ré- plica, evitó dar respuesta a Zapatero y, como él mismo dijo, se limitó a "resumir" su primera intervención: "Queremos que el euro sea la moneda de un conjunto de países que sean fiables y de unos gobiernos que también sean fiables, que hagan sus deberes, que cumplan sus compromisos y que puedan presentarse ante los ciudadanos como gobiernos serios, responsables, con las ideas claras y con el coraje y la determinación para hacer las cosas bien".

SUBCOMISION El jefe del PP apreció que Zapatero aceptara su propuesta de consensuar la defensa de los intereses de España en las cuentas de la UE (2014-2020) que se empezarán a negociar pronto. El presidente dijo que propondrá que se cree una subcomisión en el Congreso para estudiar esta cuestión.