Por si había alguna duda, José Luis Rodríguez Zapatero lo repitió ayer hasta cuatro veces: el derecho a la autodeterminación "no existe" ni cabe en el ordenamiento constitucional. Ante los requerimientos de Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno garantizó ayer en el Congreso que la autodeterminación del País Vasco no será objeto de negociación con ETA, a la que tampoco se pagará ningún precio político a cambio de que abandone las armas.

El líder del PP y los suyos formularon una batería de preguntas basadas en tres presunciones: que los socialistas ceden ante Batasuna al aceptar que una mesa de partidos negocie el estatus político de Euskadi tras el fin de ETA; que el pacto PSOE-CiU sobre el Estatuto catalán rebasa la Constitución; y que Zapatero está dispuesto a reconocer, como exigió la banda el pasado sábado, la autodeterminación del País Vasco. Todo, convenientemente entremezclado.

"LA GENTE TIENE MEMORIA" Tras su rotundo no a la autodeterminación, Zapatero censuró la "intencionalidad" de una pregunta cuya respuesta, subrayó, Rajoy conocía de antemano. El presidente garantizó la "plena constitucionalidad" del Estatuto, declaró "salvaguardada" la cohesión de España y auguró que el PP pagará en las urnas por sus "mentiras", porque "faltar a la verdad es una actitud poco rentable en política" y "la gente tiene memoria". "Nos llevaron con mentiras a una guerra la de Irak y ahora quieren poner mentiras en la expectativa de una paz tan necesaria y deseada como difícil", denunció.

Entre el griterío de la bancada popular se distinguió la voz de Vicente Martínez-Pujalte, que instó a Zapatero a "sacar a pasear al abuelo", asesinado por las tropas franquistas en la guerra civil. Reunido con las víctimas del terrorismo, el presidente les confesó el viernes que se sentía próximo a ellas por la ejecución de su abuelo, comentario por el que ha sido criticado.

Con un displicente "mal asunto que hable otra vez de la guerra" despachó Rajoy la referencia del presidente a Irak. Recordó a Zapatero que su estrategia antiterrorista le ha traído "problemas" no sólo con el PP, sino también con las víctimas y con algunos socialistas.

Para Rajoy, con el Estatut y con el terrorismo Zapatero "ha creado muchos problemas, confusión e inquietud". "Improvisa, dice una cosa y la contraria y, después de crear el lío, tiene que arreglarlo como sea, lo que es muy peligroso." Y, lo que es peor, "transmite la sensación de que aspira a una tregua como sea". Desde estas premisas, el líder del PP exigió al jefe del Ejecutivo que tenga "principios, claridad y compromisos".

Tras Rajoy, los populares Eduardo Zaplana y Angel Acebes tomaron el relevo en el acoso al Gobierno, en este caso a Teresa Fernández de la Vega. Ambos aprovecharon que el sábado la vicepresidenta rechazó la demanda de las víctimas de que la paz tenga "vencedores y vencidos" para acusarla de "igualar a las víctimas inocentes con sus verdugos asesinos". De la Vega replicó que la paz se basará en la "legalidad", "sin precios ni hipotecas", pero los populares no se dieron por satisfechos.