El PSOE sí tiene "un proyecto común para España", proclamó ayer José Luis Rodríguez Zapatero en Tenerife, en el acto en el que respaldó a Juan Fernando López Aguilar como próximo presidente del archipiélago, y en el que participó el extremeño Fernández Vara. Y es un proyecto social, dijo, cuya aplicación facilitan los nuevos estatutos de autonomía, impulsados "en todas partes por igual" por el PSOE, y que el PP obstaculizó en Cataluña, denunció.

El presidente del Gobierno destacó la importancia de lograr más gobiernos autonómicos el próximo 27 de mayo --mucho más que tener más o menos alcaldes, dijo-- para asegurar que los fondos que el Ejecutivo destine a desarrollar la norma social más importante de esta legislatura, la ley de dependencia, "lleguen a quienes los necesitan".

Zapatero no llegó a formular una acusación clara contra la gestión del dinero público que hacen las autonomías del PP, pero dejó entrever que solo confía en los socialistas para garantizar que esos fondos llegarán a su destino. "Está en la esencia del proyecto" del PSOE distribuir equitativamente la riqueza, defendió. Los próximos cuatro años, recordó, serán básicos para que esa ley dé resultados, mejore la vida de los dependientes, de las mujeres que mayoritariamente se encargan de su cuidado y evite que "un solo español acabe sus días solo y abandonado". Y habrá recursos para ello, anunció, porque la economía española crece lo suficiente.

ANTI-CRISPACION Su empeño porque esta campaña reconduzca la situación de crispación que ha vivido el país en los ultimos años, en especial tras el atentado de ETA en Barajas y la ruptura del proceso de paz, quedó patente ayer. Zapatero no hizo ninguna alusión al futuro político de Batasuna, ni mencionó a la banda. Tampoco se refirió al juicio del 11-M, pese a que esta última semana ha revelado pruebas de que el Gobierno de José María Aznar mintió a España sobre la masacre y el 14 de marzo. Aunque el PSOE aprobó el jueves --con el visto bueno de Zapatero-- un durísimo emplazamiento a Angel Acebes para que reconozca las falsedades, el presidente ni lo citó ayer en Tenerife.

Puso en práctica lo que predica a los suyos y ha aplicado en sus dos últimos actos de partido: hablar solo de las medidas sociales para mejorar la vida de los ciudadanos.

Así defendió la ley de igualdad, cuyos efectos, dijo, se verán con la incorporación "automática" de 7.000 concejalas más a los ayuntamientos. Y fue muy aplaudido al pedir más porcentaje femenino en la dirección de empresas, aunque a sus espaldas solo había dos mujeres entre los candidatos socialistas a dirigir autonomías, las aspirantes de Ceuta y Cantabria.

El presidente Zapatero exigió "una campaña limpia". Para ello, conminó a los suyos a "aguantar los insultos sin imitarlos". Y al PP, a atajar intentos de fraude electoral como el registrado estos días en Melilla.