Las filtraciones periodísticas sobre la intención del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de llevar a cabo una crisis en su Ejecutivo, provocaron ayer un sonoro enfado en el PSOE y en el Gobierno que les llevó a decretar un tajante silencio público al respecto. El disgusto era doble porque las informaciones dejaron el domingo en segundo plano la esperadísima cita entre Zapatero y el presidente de EEUU, Barack Obama.

BRONCA DE BLANCO El vicesecretario general del partido, y probable nuevo ministro de Fomento, José Blanco, fue el encargado de llamar al orden a los suyos en la reunión de la permanente del PSOE. Se impuso el silencio y la rueda de prensa posterior de la secretaria de organización del partido, Leire Pajín, se suspendió "por motivos de agenda". Todos los ministros y miembros del Gobierno andaluz de Manuel Chaves --futuro vicepresidente de relaciones con las comunidades autónomas-- optaron ayer por no hacer ningún comentario. La hipótesis es que, además de Chaves y Blanco, el otro cambio consistirá en que Elena Salgado ocupe la vicepresidencia económica, en substitución de Pedro Solbes.

Las filtraciones sentaron especialmente mal en el equipo de política exterior de la Moncloa, que durante meses se ha volcado para que la presencia de Zapatero en las cumbres del G-20, la OTAN, UE-EEUU, la reunión con Obama y el foro de la Alianza de Civilizaciones fuera un éxito.

CON APLOMO Según sus asesores, el presidente encajó "con aplomo y tranquilidad" las informaciones sobre los cambios. Siguiendo las instrucciones dadas al partido, el presidente eludió cualquier contacto con la prensa durante todo el día. Tampoco sus portavoces facilitaron ninguna información sobre asuntos diferentes a los de la Alianza de las Civilizaciones.

Tal era el enojo, que entre los socialistas consultados había quien apuntaba la posibilidad de que el presidente del Gobierno opte por dar alguna sorpresa más, tanto en los nombres de la crisis de Gobierno como en el momento de hacerlos públicos, para afianzar su autoridad.

Respecto al cuándo, todo apunta a que hoy mismo podrían anunciarse los nombramientos para que el Consejo de Ministros previsto para mañana reuniera ya al nuevo gabinete. De hecho, Zapatero decidió adelantar a anoche su regreso a Madrid desde Estambul, donde el domingo se celebró una reunión de alto nivel con las autoridades turcas y, ayer, el segundo foro de la Alianza de las Civilizaciones.

El Ppresidente se disculpó ante el primer ministro turco, Recep Tayipp Erdogan, por no acudir esta mañana a un acto en la Universidad de Estambul en el que iba a ser nombrado doctor honoris causa. Respecto al alcance de los cambios, los dirigentes socialistas consultados ven muy positivo el rearme político del Ejecutivo con Chaves y Blanco. Sobre el presidente andaluz y del PSOE se celebra que se refuerce el área de cooperación entre administraciones.

EN ECONOMIA Respecto a Elena Salgado, procedente de Administraciones Públicas, en el PSOE hay quien expresa sorpresa porque no se haya optado por una figura de liderazgo en el mundo económico ni por el actual secretario de Estado de Economía, David Vegara, con lo cual la hipótesis es que la nueva vicepresidenta será la gestora de una política económica que Zapatero quiere dirigir personalmente. Eso sí, Salgado es una figura política apadrinada en el partido por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y por el propio Blanco.