Será duro, largo y difícil. El último debate del estado de la nación entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy en esta legislatura tendrá las mismas señas de identidad que usó el presidente para definir el fallido proceso de paz con ETA. La ruptura de la tregua centrará el cara a cara por iniciativa del líder del PP, que no renunciará a usar la política antiterrorista en su última baza parlamentaria. Zapatero recuperará los ejes que lo llevaron al Gobierno. Expondrá la modernización del país, los avances sociales y la extensión de derechos como las líneas que perfilan una España "de progreso", frente al pesimismo y la crispación que "alienta el PP".

Será largo porque Manuel Marín ha autorizado discursos más extensos que los habituales a los portavoces parlamentarios. Será duro porque ni Zapatero ni Rajoy usarán guante blanco en una cita que tiene más de apertura de campaña electoral de las generales que de balance de un año de Gobierno.

DIFICULTAD Y será difícil para ambos. El presidente deberá arrostrar otro enfrentamiento a costa del proceso de paz con ETA, un asunto que siempre ha querido apartar del debate político y que creía aparcado desde hace tres semanas, cuando Rajoy se comprometió en la Moncloa a apoyar al Gobierno tras la ruptura de la tregua. Tampoco será fácil para Rajoy, al que todos los portavoces afearán que sea el único que se salta la costumbre de no lidiar políticamente con el terrorismo.

Una economía saneada, el empleo casi al máximo y ganando en estabilidad, más derechos sociales y civiles, europeísmo y pacifismo internacional y local son las armas de Zapatero para presentarse ante la ciudadanía como merecedor de una nueva legislatura. Si en la política antiterrorista todos menos el PP le darán su apoyo, en el resto de asuntos de interés sufrirá el enfriamiento de sus socios parlamentarios, tornados ya en contrincantes electorales.

Rajoy se dará por satisfecho si logra convencer a los ciudadanos de que fue un error dialogar con ETA. El popular ya ha anunciado que exigirá al presidente del Gobierno explicaciones sobre las negociaciones. Como colofón, tratará de arrancar al jefe del Gobierno un compromiso de no volver a negociar con la banca "nunca más". No lo conseguirá, pero forzará la situación mediante una propuesta de resolución que sustituya la que autorizó el diálogo en el 2005.

Más allá del debate antiterrorista, Rajoy incidirá en que las otras dos grandes apuestas del Gobierno tampoco han tenido buen resultado. En cuanto al modelo de Estado, Rajoy pintará un guirigay territorial con autonomías desiguales y aspiraciones soberanistas "por culpa de la falta de criterio", haciendo caso omiso de que algunas de las más reivindicativas en cuanto a estatutos las gobierna su partido. En el capítulo económico, deberá convenir con el Gobierno en que la economía no va mal, pero insistirá en que se debe a la inercia que dejó el equipo de Aznar.