Deleitó a los lugareños afines, pero defraudó las expectativas de los medios de comunicación estatales, desplazados hasta Tenerife para escucharle inaugurar el curso político. José Luis Rodríguez Zapatero repasó ayer en La Laguna los retos que se le plantean para este otoño, pero sobrevoló los asuntos que más polémica han suscitado este verano. El presidente ni siquiera desveló si atenderá la solicitud de IU y del Grupo Mixto para que acuda al Congreso a debatir en un pleno sobre la presencia de tropas españolas en Afganistán, aunque fuentes del Gobierno aseguran que ya tiene decidido comparecer.

Zapatero defendió la presencia militar española porque cuenta con el respaldo de la ONU. "Estamos en Afganistán por las mismas razones por las que salimos de Irak", dijo, tras afirmar que el PP "no puede entender" el compromiso de su Gobierno con "la paz, la legalidad internacional y la ONU".

Zapatero homenajeó a los 17 militares españoles recientemente fallecidos en el accidente de un helicóptero en Herat (Afganistán). El reciente debate en la comisión parlamentaria de Defensa sobre el siniestro sirvió de munición al presidente para atacar al PP, al que definió como "anclado en el pasado, tanto en sus ideas como en sus caras".

EL CATASTROFISMO POPULAR A su juicio, el principal partido de la oposición demostró en esa comisión que no entiende que el Gobierno "diga la verdad a los ciudadanos, tanto en los aciertos como en los errores, tanto en la buena suerte como en la desgracia". Zapatero opinó que los populares "están aún en el trabajo de mirar atrás y reconocer sus errores", y aventuró que "necesitarán tiempo para lograr proponer una idea". El jefe del Gobierno ironizó sobre el catastrofismo del PP, y repitió que hasta ahora "no han dado una" en todas las desgracias que aventuraban, tanto por las reformas del código civil sobre el divorcio y los matrimonios homosexuales como por el proceso de regularización laboral de inmigrantes. Sobre esta cuestión, aseguró que la inmigración ilegal ha descendido a la mitad en lo que va de año, "gracias al esfuerzo de diálogo y de colaboración con Marruecos".

A su juicio, el partido de Rajoy busca en vano similitudes entre la misión en Afganistán y la que el Gobierno de José María Aznar mandó a Irak. "No pueden entender que apostemos por la tarea de paz y de seguridad encargada por la ONU", aseguró.

El jefe del Ejecutivo rehuyó ayer responder a la invitación que le lanzó a mediodía la ilegalizada Batasuna. Uno de sus principales dirigentes, Pernando Barrena, invitó a Zapatero a "pedir contrapartidas" para iniciar el proceso de paz en Euskadi porque, dijo, la formación aberzale radical será receptiva. El presidente no hizo la más mínima alusión a esta oferta durante su intervención en Tenerife, pero horas antes se refirió brevemente a la cuestión durante una visita a una zona devastada por los incendios en Gran Canaria. Zapatero no se salió de su guión habitual para responder a la oferta de la izquierda radical vasca: les conminó a condenar la violencia y recordó que el "único destino de ETA es abandonar las armas y disolverse".

Fuentes socialistas apuntaron que será en la reunión de la ejecutiva del miércoles cuando se analice esta oferta, aunque precisaron que la condición de condenar la violencia sigue siendo "imprescindible" para iniciar contactos con Batasuna.