Ohay voluntad política para un gran acuerdo o no la hay. Los matices y las discusiones sobre medidas concretas deben llegar después. Y ahora, el PP debería arropar al Ejecutivo en una situación de extrema gravedad. Con esos supuestos, José Luis Rodríguez Zapatero reclamó ayer a Mariano Rajoy un apoyo incondicional, una exigencia que le transmitirá hoy en su entrevista con el jefe de la oposición. Zapatero mostró su "deseo y esperanza" de que Rajoy brinde su respaldo a los dos decretos ley sobre la crisis financiera. Pero el propio Rajoy exige otras para paliar las peculiaridades de la economía española.

Fue el propio Zapatero quien propuso a Rajoy una reunión para abordar conjuntamente la situación económica y preparar medidas que ofrecieran confianza a la sociedad española. Una reunión, por tanto, que invitaba a la colaboración. Sin embargo, el presidente busca ahora aparecer como uno de los líderes europeos que con más celeridad afronta la crisis financiera, y con el objetivo de reflejar las propias contradicciones del PP.

EN LA ESTACADA Prueba de esa iniciativa del presidente Zapatero fue la aprobación ayer, en un Consejo de Ministros extraordinario, de un decreto ley para avalar a los bancos en sus operaciones de financiación que, junto con los otros dos aprobados el pasado viernes, se convalidarán en el Congreso el próximo lunes.

Zapatero aceleró la aprobación del decreto ley del pasado viernes sobre el fondo de 30.000 millones de euros para aportar liquidez a los bancos, dejando en la estacada al equipo económico del PP, que daba por hecho que tendría margen para aportar sus propuestas.

Zapatero quiere trasladar que España sufre las consecuencias de la crisis financiera internacional, que adopta medidas sin titubear. Sin embargo, el Gobierno es consciente de que en esta situación no puede caminar solo y que no debería arrinconar al PP. Zapatero admitió que ahora busca "acuerdos sólidos" en el Congreso para aprobar los presupuestos del 2009.

En cuanto a la reunión de esta tarde, al dirigente popular no le gusta demasiado acudir a una cita donde será informado, (que no "consultado", según apuntó él mismo ayer), de las medidas adoptadas el domingo en Europa. El dijo ayer que las apoyará. Incluida la compra de activos a los bancos, pese a que la semana pasada, cuando era Zapatero el que la proponía y no toda la UE, la rechazaba. Rajoy apunta que lo aprobado en Europa sirve, pero no es suficiente. Quiere, y así lo pedirá hoy, una comisión parlamentaria que garantice la transparencia en la aportación de fondos a los bancos y una rebaja del impuesto de sociedades, el gasto público y el aumento de las deducciones por hipoteca.