La denuncia de Jaime Mayor Oreja sobre la supuesta negociación entre el Gobierno y ETA sigue en el centro de la polémica y no parece que vaya a olvidarse "con las vacaciones de Semana Santa", como quiere Mariano Rajoy. José Luis Rodríguez Zapatero se mostró ayer muy duro con el exministro del Interior y también con el líder del PP. El presidente del Gobierno lamentó que no lo haya desautorizado pese a saber que "miente" y que lo que ha dicho es "un gran disparate". "Intenta buscar fisuras en la lucha antiterrorista", dijo el jefe del Ejecutivo sobre Mayor Oreja.

Fuentes de la Moncloa añadieron que quien fuera titular de Interior con José María Aznar parece despreciar que las fuerzas de seguridad hayan descabezado a la banda hasta en cinco ocasiones en dos años. "La acusación de Mayor Oreja es una afirmación inaceptable e impropia del debate político en democracia", declaró Zapatero en una rueda de prensa en Bruselas, donde se celebró el Consejo Europeo. "Espero que la responsabilidad vuelva a su sitio", añadió en referencia a Rajoy, al que le rogó que abandone su "ni sí ni no".

Ciertamente, el jefe de los populares intentó ayer un nuevo regateo sobre la cuestión. "Esto pasará con las vacaciones de Semana Santa", se atrevió a augurar en una charla informal en Bruselas, adonde viajó para participar en una reunión de los líderes conservadores europeos.

"DESCONFIANZA" Pero la verdad es que el presidente popular no comparte las polémicas tesis que maneja Mayor Oreja, aunque sí admite cierta "desconfianza" en torno a la supuesta ambigüedad del Gobierno ante Batasuna.

Rajoy ha optado por aguantar el chaparrón. Prefiere hacer acopio de críticas ajenas, dice su entorno, que desautorizar a Mayor y volver a desatar una guerra entre duros y moderados en el PP. Claro que algunos están ya por encima de estrategias. Como Manuel Fraga, que cree que Mayor habla sin "fundamento".