Una mina. Así ven los estrategas de campaña socialista las intervenciones de su principal oponente en la pugna gallega. La última salida de tono del candidato del PP, Manuel Fraga, --en la que comparó a los indecisos con las mujeres a las que se les pregunta "con cuántos se acuestan"-- volvió a dar suficiente munición al PSOE para el mitin dominical en Lugo, a pesar de que Fraga se disculpó en una nota el sábado por la noche. José Luis Rodríguez Zapatero conminó ayer a Mariano Rajoy a aprovechar su constante presencia en Galicia para poner coto a los exabruptos de Fraga.

Zapatero recordó que el líder del PP augura "riadas de sentido común" para dar la vuelta a las encuestas y llenar las urnas de votos al PP el 19 de junio. "Que no espere al 19", exigió el jefe del Ejecutivo. "Que ponga ya algo de sentido común a lo que dice Fraga de las mujeres".

El candidato del PSG, Emilio Pérez Touriño, repitió ayer el papel de bueno que viene representando cada vez que Zapatero participa en sus mítines. Más presidencialista e institucional que nunca, se negó a "cebarse" en los "insultos y descalificaciones" de Fraga. Se limitó a asegurar que "Galicia merece otro presidente". "Fraga pide el voto porque lo necesita el PP, yo lo pido porque lo necesita Galicia", dijo.

OFRECER MIEDO El papel de duro quedó para Zapatero, que lo ejerció sin complejos. Empezó pidiendo a Rajoy que sujete el verbo de Fraga. Siguió recomendando al octogenario candidato que deje de pedir "una última oportunidad", porque en democracia son los "gobernantes quienes dan oportunidades a los ciudadanos, no quienes se las piden". Y remató acusando al PP de ofrecer a Galicia "sólo miedo". "Cada uno ofrece a los demás lo que tiene", espetó.

Los llamamientos de los populares a votar "a lo seguro" los rebatió con una demoledora comparación. Para hacerlo acudió a un símil: "En la Fórmula 1, cuando un motor no da más de sí, las ruedas están gastadas y el piloto está cansado e irritado, lo arriesgado es no cambiar".

Animado por el calor físico y del público que inundaba el Polideportivo Municipal de la capital lucense, con capacidad para 5.000 espectadores, Zapatero ironizó con la "afición" sobrevenida en el PP a las manifestaciones. No citó ni el terrorismo, ni a sus víctimas, ni la memoria histórica, ni el Archivo de Salamanca, ni mucho menos la "familia tradicional" que defenderá la Conferencia Episcopal la víspera del 19-J. Respondió con una sola frase: "Al PP le pasa con las manifestaciones como con el divorcio, no lo querían y ahora no paran". La sentencia del líder del PSOE fue muy aplaudida.

La ironía sobre la "afición a las manifestaciones" que está adquiriendo el PP desde que está en la oposición sirvió a Zapatero para vaticinar que "algún día" le encontrarán el gusto a los debates, a los que se ha negado hasta ahora Manuel Fraga. "Cuando acepten los debates no saldremos de los platós de televisión", auguró Zapatero. "En democracia, quien no debate es porque sabe que va a perder", apuntó.

BIENVENIDOS A LA CALLE El jefe del Ejecutivo dio la bienvenida "a la calle" a sus contrincantes. Y aprovechó el apoyo del PP a las tres manifestaciones de este mes para rememorar una frase de Fraga: "Hoy la calle es de todos y todos pueden manifestarse libremente y ser respetados. Estamos contentos de que el PP descubra la calle. Es cuestión de tiempo que descubran los debates".