Ahora que el pacto ya está hecho en Cataluña, empieza un trabajo duro para la dirección del PSOE en Madrid. Explicar el acuerdo con ERC en positivo, convencer a militantes y simpatizantes de que será beneficioso para el PSOE y en absoluto nocivo para España. José Luis Rodríguez Zapatero ya ha ordenado a los suyos que mantengan la unidad en torno a la apuesta de Pasqual Maragall.

La tarea encomendada a la cúpula socialista tiene la dificultad de tener que hacer frente a un escenario hostil, según admiten fuentes del equipo del secretario general del PSOE. El PP, con el Gobierno de José María Aznar al frente, ya ha empezado a señalar los peligros del acuerdo de izquierdas en Cataluña.

La ejecutiva del PSOE responde al unísono defendiendo el acuerdo que convertirá a Maragall en el primer presidente de la Generalitat no nacionalista. El mensaje de Ferraz es unívoco: gobernar en Cataluña beneficiará a Zapatero en las elecciones de marzo. "El pacto es legítimo, democrático y positivo", dice un miembro de la ejecutiva.

"No se puede perder la oportunidad de gobernar", añade otro integrante de la dirección, que cree que el tripartito de izquierdas dará más credibilidad a la oferta electoral de Zapatero, por cuanto demostrará que "el cambio es posible".

Pero no todo son certezas en la familia socialista. Los guerristas dudan de que el efecto Maragall beneficie a Zapatero. Su preocupación se centra en el poso de insolidaridad que transmiten las reivindicaciones nacionalistas asumidas por el futuro Ejecutivo catalán, especialmente la reclamación de un nuevo modelo de financiación autonómica.

Sin esperar siquiera a la investidura de Maragall como presidente catalán ayer José María Aznar se apresuró a poner una china en la alianza PSC-Esquerra. El presidente propuso que las autonomías populares y socialistas trasladen conjuntamente al Comité de las Regiones de la UE su rechazo al plan Ibarretxe, que el PSOE deplora pero que, por contra, cuenta con el apoyo del líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira.

Aznar trasladó esta propuesta por carta a Zapatero, que el martes le instó por escrito a obtener, en la cumbre europea que hoy empieza en Bruselas, un pronunciamiento de los Quince contra el plan soberanista de Juan José Ibarretxe. Aunque no descartó suscitar este debate ante sus socios comunitarios, Aznar sugirió a Zapatero implicar a las autonomías del PP y el PSOE después de que Carod, futuro consejero jefe de la Generalitat, ratificara el miércoles su respaldo al plan Ibarretxe. Zapatero le respondió que estudiará su propuesta.

ZAPLANA, BELIGERANTE El ministro de Trabajo y portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, pidió ayer a la prensa que adopte una postura "beligerante" contra el pacto de izquierdas. "El pacto genera inquietud e inestabilidad en el futuro", aseguró el portavoz del Gobierno.