La reforma del mercado laboral se ha convertido en el mejor argumento de José Luis Rodríguez Zapatero para pasar al ataque frente al PP a escasos días del inicio de la campaña electoral de las europeas del 7 de junio. El presidente del Gobierno, avalado y henchido por los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que le dieron como claro vencedor ante Mariano Rajoy en el debate del estado de la nación, reclamó ayer al presidente del PP que ofrezca su propuesta de reforma en este ámbito, y deje de ser "cobarde", con la convicción de que Rajoy no es capaz de decir a la ciudadanía que desea una mayor flexibilidad laboral y despidos menos costosos para los empresarios.

En Albacete, con un público entregado y decenas de autocares fletados desde toda Castilla- La Mancha, Zapatero acentuó su visión de la política española, en la que él aparece como el mandatario capaz de iniciar un cambio en el modelo productivo de la economía española. El presidente consideró que Rajoy perdió el debate porque solo pretendía vencerle a él, y no presentar alternativas económicas al conjunto de los españoles.

Con esa premisa --y después de pasar del "ha ganado la ciudadanía" cuando acabó el debate, al "gané yo"--, Zapatero mantuvo el discurso más clásico de los socialistas: el de arrogarse como defensores de los trabajadores, con la promesa de que mientras continúe como presidente del Gobierno "no habrá recorte de derechos sociales".

SALARIOS BAJOS Zapatero esgrimió la crítica de Rajoy a su propuesta de acabar con las deducciones fiscales por la adquisición de vivienda, limitándola a partir del 2011 a los sueldos inferiores a 24.000 euros, para tratar de conseguir el fervor popular de los asistentes. "Rajoy criticó que 24.000 euros es muy poco, y es que no sabe lo que ganan los españoles", aseguró. Aquí el presidente jugó con los datos reales. Precisamente, uno de los últimos informes sobre la situación laboral en España, el Indicador Laboral de Comunidades Autó- nomas de la empresa Adecco, elaborado por el IESE y que se refiere al segundo trimestre del 2008, detallaba que "el salario medio bruto anual es de 21.402 euros, un 34% por debajo del promedio de la Unión Europea, la mitad que el de Noruega, Suiza, Dinamarca, el Reino Unido y Alemania, aunque entre dos y nueve veces superior al de los países del Este".

Conocedor de esa realidad, Zapatero anunció que en las próximas semanas se reunirá con los sindicatos y los empresarios para tratar de firmar un "acuerdo colectivo" que suponga la puesta en marcha de un nuevo modelo de crecimento económico, reforzando también la protección social. La tesis del Gobierno es que en España se destruye más empleo porque los sectores que imperan, como la construcción, son "poco productivos".

El presidente, sin embargo, se enfrentará esta semana a otra realidad, la necesidad de acordar con el resto de los grupos parlamentarios las medidas que anunció en el debate del estado de la nación y la necesidad también de contar con los gobiernos autonómicos para sacar adelante medidas como las ayudas a la compra de vehículos. "Con la suma de todos, de las autonomías, que tienen parte del gasto público, y de los ayuntamientos, podemos ayudar a estimular la demanda", clamó, sin entrar, todavía, en ningún conflicto.