La búsqueda de la paz, y no la gobernabilidad de Euskadi, centró ayer la entrevista de José Luis Rodríguez Zapatero y Juan José Ibarretxe. Ni el lendakari en funciones puso sobre la mesa su plan soberanista ni el presidente del Gobierno le emplazó a enterrarlo, según informaron fuentes oficiales. De este modo, ambos pactaron aparcar el plan Ibarretxe, fomentar un nuevo "clima de diálogo" y, sobre todo, trabajar juntos por el fin de ETA.

Una escena de sofá, dos comunicados similares y algunas notas a vuela pluma. Esa fue toda la información que ayer trascendió de la conversación de dos horas que mantuvieron Zapatero e Ibarretxe en la Moncloa. La víspera, el invitado había exigido que tras la reunión no hubiera declaraciones públicas, y el anfitrión, acabó aceptando las condiciones del lendakari para que las cuestiones de protocolo no enturbiaran la cita.

En un escenario político como el actual, cuando ETA parece más debilitada que nunca y las expectativas de paz cobran cuerpo día a día, tan importante como lo que comentaran ambos dirigentes políticos fue lo que callaron. Y, según la versión de la Moncloa no desmentida por el Gobierno de Vitoria, el plan Ibarretxe fue soslayado tanto por el lendakari como por el presidente. Lo que permite otra lectura: acordaron empezar de cero, sin hipotecas del pasado. Y, también, explorar las posibilidades del proceso de paz que ambos atisban en el horizonte cercano.

SIN CITAR A LA BANDA A tenor de los comunicados de sus respectivos gobiernos, Zapatero e Ibarretxe coincidieron en el diagnóstico de la situación y, con matices, también en las recetas a aplicar. La nota del Ministerio de la Presidencia dice que el presidente trasladó al lendakari en funciones "su interés por mantener un clima de diálogo y normalidad institucional" entre Madrid y Vitoria, gobierne quien gobierne. También su convicción de que el resultado de las elecciones del 17-A ha transmitido a los partidos un "mensaje" inequívoco: el deber de "trabajar juntos en un marco de diálogo y máximo consenso por la paz y el entendimiento en Euskadi".

UNA OFERTA Y TRES DEMANDAS La declaración de la Moncloa apunta que Zapatero trasladó a Ibarretxe una oferta y tres demandas, dos de ellas relacionada con ETA aunque, significativamente, el comunicado evita citar las siglas de la banda terrorista. Al futuro Gobierno de Vitoria --no quiso dar por seguro que vaya a encabezarlo Ibarretxe, pues también el socialista Patxi López optará a la investidura-- le pidió primero que preste "la máxima ayuda y colaboración" en "la lucha contra la violencia y los violentos"; le reclamó después "respaldo a las víctimas del terrorismo, que siempre tienen que ser objeto de una atención especial por parte de los poderes públicos"; y "lealtad institucional".

Intimamente vinculada a ésta última demanda está la oferta que formuló el presidente, la misma que difundió en la campaña electoral: la de "avanzar en el autogobierno de Euskadi" y apoyar "cualquier reforma estatutaria que cuente con el máximo respaldo de las fuerzas con representación parlamentaria".

Al no excluir de ese eventual consenso estatutario a las fuerzas parlamentaria que rehúsan condenar la violencia, el Ejecutivo central deja la puerta abierta a la participación del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK, en euskera), para el que Batasuna pidió el voto.

CITA CON OTEGI Un portavoz de la Moncloa aclaró también que Zapatero no le echó en cara al lendakari que el martes se entrevistase en Vitoria con Arnaldo Otegi, portavoz de la ilegalizada Batasuna. Una reunión que sí han criticado las víctimas del terrorismo, el Alto Comisionado, Gregorio Peces-Barba, e incluso el delegado del Gobierno en Euskadi, Paulino Luesma.

La nota del Gobierno vasco resume la reunión en términos similares, pero con acentos distintos. Ibarretxe, dice, expresó a Zapatero "su compromiso y su voluntad para impulsar un clima de diálogo y entendimiento que haga posible la consecución de la paz y la normalización política". También explica que ambos constataron el inicio de "una nueva fase política caracterizada por la búsqueda permanente de espacios de diálogo y consenso".

El comunicado de Vitoria refleja el "compromiso" del lendakari de que la reunión constituya "el prólogo de un proceso y de otros muchos encuentros que consoliden" un futuro en el que "la paz sea un objetivo posible". Un futuro que permita una "convivencia normalizada desde el punto de vista político, fruto del respeto, la participación, el diálogo y el acuerdo entre las fuerzas políticas que representan a los ciudadanos". Es decir, un diálogo sin exclusiones.

"Nos hallamos ante una oportunidad que no podemos desaprovechar", sentencia el texto, que insta a "los políticos" a no generar "falsas expectativas".

NOTA CONJUNTA FRUSTRADA El buen clima que presidió la cita lo atestiguan no sólo la cordialidad con que Zapatero recibió a Ibarretxe, sino su respeto al compromiso de no comentar la charla ante las cámaras. Y eso que el empeño del presidente en pactar un texto conjunto con Ibarretxe se frustró, según Moncloa, porque la resistencia del lendakari.

Estas fuentes revelaron que Zapatero razonó ante el lendakari que el nuevo clima que vive Euskadi no es ajeno al hecho de que una nueva generación de políticos dialogantes se ha abierto paso: él mismo en vez de José María Aznar; Jon Josu Imaz como sustituto de Xabier Arzalluz al frente del PNV, y María San Gil como relevo de Jaime Mayor Oreja en el PP vasco.