España quiere aprovechar a fondo los siete meses que le quedan antes de perder su plaza en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció en la madrugada de ayer que está impulsando un frente de la paz en la ONU para, de la mano de Brasil, Chile y "otros gobiernos europeos" --el francés y el alemán--, plantar cara a Estados Unidos y zanjar la cruenta crisis iraquí.

Mientras EEUU y el Reino Unido ya han presentado al Consejo de Seguridad de la ONU el borrador de su resolución sobre Irak, que prorroga la ocupación militar al menos un año más, Zapatero ha tendido un puente entre Europa e Iberoamérica para precipitar el fin de la ocupación militar del país árabe. Tras entrevistarse, semanas atrás, con el francés Jacques Chirac y el alemán Gerhard Schröder, el martes lo hizo en Madrid con el chileno Ricardo Lagos, y hoy, en Guadalajara, lo hará con el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Ayer hizo partícipe de estas conversaciones al mexicano Vicente Fox, cuyo país no pertenece al Consejo de la ONU desde el pasado enero.

Junto a Francia, miembro permanente del Consejo de Seguridad, España, Alemania, Brasil y Chile suman cinco de los 15 votos del órgano decisorio de la ONU, de modo que Washington y Londres deberán negociar con ellos si quieren que prospere su propuesta de resolución.

COLABORACION Por eso Zapatero ha convencido a estos países para "concertar" sus posturas ante esta nueva resolución, "trabajar conjuntamente cooperando" con un objetivo: "ganar tiempo" para la recuperación de la soberanía por parte de Irak.

Ratificó el presidente que, "sin multilateralismo, habrá desorden internacional". Con esta convicción, Zapatero promueve un acuerdo entre los miembros del Consejo que rechazaron la guerra --a los que ahora se une Brasil, en sustitución de México, y también España, que apoyó la intervención por decisión de Aznar-- para que la ONU "dé una salida al conflicto en el menor tiempo posible", agilizando la democratización y la restitución de la soberanía a Irak. Ayer, Zapatero fue ovacionado en el Senado mexicano por la retirada de las tropas españolas.

La ONU es, en palabras de Zapatero, la "gran oportunidad" del mundo y su "única garantía de futuro". De ahí que el presidente español quiera ejercer de intermediario entre la UE e Iberoamérica no sólo para hacer frente a la crisis de Irak, sino también para afrontar la reforma de la ONU y su refuerzo como centro de prevención de conflictos. Zapatero recordó que en la cumbre de la UE, América Latina y Caribe que hoy se celebra en Guadalajara participarán 58 países, una tercera parte de los miembros de la ONU.

Como "declaración de principios", Zapatero anunció que España tiende la mano a Iberoamérica para colaborar "de igual a igual", en favor del "multilateralismo" y de la "cohesión social".