El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, propugnó ayer un ambicioso desarrollo de la Unión Europea (UE) en política social, inmigración, energía, lucha contra el terrorismo y el crimen organizado, política exterior y defensa. Zapatero, que intervino por primera vez ante el pleno del Parlamento Europeo, se presentó como un "europeísta convencido y militante", pero no formuló propuestas concretas, más allá de la enumeración de las políticas y las áreas donde deben producirse más avances.

Zapatero, en un hemiciclo semivacío por la ausencia masiva del grupo popular, señaló que las prioridades fundamentales de la UE deben ser lograr la mayor independencia posible de la energía del carbono, reforzar los derechos sociales y garantizar la convivencia. Insistió también en que la UE "debe atender las demandas inaplazables" de Africa, reforzar el diálogo con los países mediterráneos, "multiplicar" las relaciones con América Latina y dar "una aproximación europea a los principales desafíos de la escena internacional".

GUIÑOS A LA EUROCAMARA Zapatero se ganó a la mayoría de los eurodiputados con halagos a la labor de la Eurocámara, agradeció las ayudas comunitarias que ha recibido España y presentó una visión triunfalista de la situación española.

Jaime Mayor Oreja, en nombre del presidente del grupo popular europeo ausente, acusó a Zapatero de "debilitar" a las naciones europeas por apoyar procesos de "desvertebración", en una velada referencia a Cataluña y el País Vasco. "La UE necesita de la fortaleza de sus miembros, y eso se hace imposible con naciones debilitadas, en las que se ponga en entredicho su propia integridad territorial", destacó Mayor. El dirigente popular criticó también que el PSOE lleve a la Eurocámara los conflictos nacionales. Por el contrario, el resto de grupos alabaron la visión europeísta de Zapatero, aunque le reclamaron que las palabras vayan seguidas de hechos.