Escueta y exenta de ironías. Así es la invitación del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al líder del PP, Mariano Rajoy, para que lo acompañe a la próxima cumbre hispano-polaca, que se celebrará en Varsovia el 9 de febrero próximo. En la misiva, el jefe del Ejecutivo transmite al dirigente popular que podría ser de su interés asistir a la cita por tratarse de un "asunto de Estado".

Hasta el pasado viernes no existía confirmación de que la invitación hubiese llegado al destinatario. Un portavoz del Ejecutivo indicó que el servicio de mensajería de la Moncloa estaba ayer inactivo por ser día festivo y añadió que lo más probable es que la carta se envíe a la sede del Partido Popular mañana lunes. En el principal partido de la oposición no dieron acuse de recibo de la misiva.

IRONIAS El martes pasado, en el curso del debate parlamentario sobre la última cumbre europea, Zapatero emplazó a Rajoy a acompañarlo a Varsovia para demostrarle que las relaciones con el Gobierno polaco son óptimas pese a los desencuentros de las últimas semanas. El líder de la oposición expresó irónico su temor a que Rodríguez Zapatero volviese a cancelar la cita bilateral, como hizo el 14 de diciembre debido a su extenuante comparecencia de la víspera ante la comisión de investigación de los atentados del 11 de marzo en el Congreso de los Diputados.

La invitación de Zapatero, que parecía en un comienzo un divertimento dialéctico, amenaza con convertirse en una puja política seria. El presidente del Gobierno ha preparado una invitación formal, y los asesores de Mariano Rajoy estudian desde hace días los pros y los contras de aceptar el desafío lanzado por la Moncloa.

"EXCENTRICIDAD" A juzgar por las declaraciones realizadas el jueves pasado por el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, que calificó de "excentricidad preocupante" la iniciativa de Zapatero, parece probable que el presidente de los conservadores declinará la invitación. Aún no se ha tomado la decisión final, según señalaron fuentes populares a este diario. Pero las exigencias de protocolo requieren una pronta respuesta.

Entre los argumentos favorables al viaje que figuran en la balanza del Partido Popular está el caso del presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, que invitó al líder de CiU, Artur Mas, a un periplo por China. La presencia del dirigente nacionalista fue recogida con profusión por los medios de comunicación, notoriedad que siempre resulta gratificante para una formación que se encuentra en la oposición.