José Luis Rodríguez Zapatero quiso ayer "rendir cuentas" ante los ciudadanos y su partido tras las dos semanas más duras de sus seis años de mandato. Así lo anunció al inicio de su mitin en Elche, el primero después de que el Gobierno aprobase el jueves el plan de ajuste para reducir el déficit. Pero los que esperaban un crítico mea culpa quedaron decepcionados.

El presidente quiso rearmar moralmente a su tropa, consciente de que todos los ojos están pendientes de él (en los últimos días se ha diseccionado hasta el más mínimo cambio en su apariencia física en busca de síntomas de cansancio o derrota), y defendió los recortes. "Ni cambio, ni bandazo, hemos respondido con responsabilidad a una crisis internacional de los mercados que nadie supo advertir. Y lo hemos hecho con determinación, primando los intereses generales del país y su futuro sobre las estrategias partidistas o electorales", aseguró.

Para convencer a los incrédulos, el jefe del Ejecutivo se mostró convencido de que, pese a la impopularidad de los recortes sociales, el tiempo le dará la razón. "Estamos demostrando que sabemos estar en los momentos difíciles, y los españoles lo valorarán", dijo, lo que le llevó a recordar a los afectados por el ajuste (funcionarios, pensionistas, futuras madres y dependientes, entre otros) que su "esfuerzo y sacrificio" no será "en vano". Tras este periodo de "contención", auguró, "volveremos a crear riqueza y empleo".

CAMBIO DE RUMBO El segundo mensaje del presidente fue en clave interna y tenía como destinatarios a los dirigentes y militantes del PSOE, desorientados por el cambio de rumbo derivado del tijeretazo. Zapatero aseguró que las "señas de identidad" del partido no han cambiado. Y para justificarlo, recordó los avances sociales logrados por su Ejecutivo en los últimos seis años, muy superiores, en su opinión, al ajuste temporal que ahora se afronta. "Las medidas que acabamos de aprobar supondrán un recorte del 1,5% del total del gasto público del Estado, tras haberlo aumentado en un 50% desde el 2004", dijo. El secretario general de los socialistas cifró en un 25% el porcentaje de poder adquisitivo ganado por los pensionistas en ese mismo periodo de tiempo y en un 35% el del salario mínimo interprofesional.

CRITICAS AL PP También recordó a las 500.000 personas que se benefician de la ley de la dependencia y un aumento del 46% en la construcción de viviendas protegidas. "Ante todo esto, no acepto críticas de los que nunca se han preocupado ni se preocuparán de las políticas sociales", dijo, en una de sus pocas alusiones al PP.

Para acabar de contentar a los suyos, Zapatero insistió en la intención --pendiente aún de concretarse-- de subir los impuestos a las rentas más altas, una de las demandas del partido para dar un giro a la izquierda. "Seguimos apostando por una sociedad equitativa. A los que tienen más dinero hay que pedirles más esfuerzo, y así lo haremos", concluyó el presidente.