Ni los rebrotes de la violencia callejera ni el último comunicado de encapuchados de ETA han hecho mella en el ánimo de José Luis Rodríguez Zapatero. Ese es, al menos, el mensaje que el presidente del Gobierno transmitió ayer en el Congreso, al afirmar que, pese a los últimos acontecimientos, el Ejecutivo mantiene sus "planes" y "expectativas" respecto al proceso de paz en el País Vasco.

Zapatero justificó su posición en "razones objetivas", de las que citó más de tres años sin víctimas mortales en atentados terroristas y el mantenimiento del alto el fuego decretado por ETA. Pidió, además, tener la "perspectiva" de lo que representa "una acción de terrorismo durante 40 años y un alto el fuego permanente de seis meses".

No ofreció detalles que permitan establecer con más precisión un diagnóstico sobre la marcha del proceso. Sí dejó claro a los terroristas que el Gobierno mantiene inalterados la "firmeza", los "principios" y las "convicciones", que resumió en tres: legalidad, Estado de derecho y diálogo. El presidente no tenía previsto hablar ayer sobre el proceso de paz en la sesión de control al Gobierno. Pero el portavoz de Coalición Canaria, Paulino Rivero, le ofreció la oportunidad al cambiar el martes su pregunta original, que versaba sobre inmigración. Rivero inquirió en concreto si los recientes episodios de kale borroka y los comunicados "provocadores y desafiantes" de ETA iban a cambiar el calendario previsto por el Gobierno.

Zapatero expresó su "rechazo y condena" a la violencia callejera. Pasó por alto el comunicado de los tres encapuchados, en el que estos amenazaban con continuar la lucha armada hasta la independencia de Euskadi. Un comunicado del que Batasuna dijo que no pone en entredicho el proceso de paz. El jefe del Ejecutivo garantizó que el Estado de derecho "exige y exigirá" responsabilidades a quienes vulneran las normas de convivencia y practican la violencia.

METER LA CUCHARA El líder del PP, Mariano Rajoy, aprovechó para meter la cuchara en el debate sobre política antiterrorista. Espetó a Zapatero que no basta con condenar la violencia callejera, sino que hay que "pasar a la acción". También lo emplazó a garantizar ante la Cámara que no se legalizará a Batasuna si ETA no anuncia su voluntad de disolverse de manera definitiva.

El presidente desvinculó la posible vuelta de Batasuna a la legalidad de los pasos que dé ETA. Replicó que toda fuerza política que quiera "concurrir, participar o favorecerse" de las reglas del Estado de derecho tendrá que respetar la ley de partidos.

Zapatero reclamó "seriedad" y "responsabilidad" a Rajoy tras las declaraciones de su número dos, Angel Acebes, que atribuyó el rebrote de violencia callejera a la "debilidad" del Gobierno. "Eso nos llevaría a preguntarnos qué debilidad había cuando hemos tenido tantos años de kale borroka y tantos años de violencia mucho más graves", respondió.