José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy libraron ayer un enfrentamiento encarnizado en el Congreso de los Diputados a cuenta del nuevo presupuesto de la UE que sobrepasó la mera guerra de cifras en torno a la valoración de los resultados. El presidente del Gobierno negó que España sea el "pagano" de la ampliación europea, en respuesta a la principal acusación del líder de la oposición. Alegó que la contribución española a los nuevos miembros será de 15.101 millones de euros en el próximo septenio --380 millones menos de lo que le correspondería en función de su PIB--, frente a los 42.000 millones que dice Rajoy.

Zapatero insistió en que el próximo presupuesto europeo es "muy bueno" para los intereses españoles. Dijo haber demostrado que "se puede negociar con eficacia, desplegando diálogo y persuasión, sin perder amigos en cada recodo del camino", en alusión al aislamiento que sufrió José María Aznar cuando comenzaban a discutirse las cifras comunitarias. Según las cuentas del presidente español, España consiguió un saldo neto de 9.032 millones en nuevos recursos, 5.213 millones más que la propuesta de la Comisión Europea de febrero del 2004, cuando Aznar estaba en la Moncloa.

"MALEDUCADO" El jefe del Ejecutivo dijo que ese saldo aumenta a 16.181 cuando se calcula, como siempre ha hecho la Comisión, en términos de pago. Es decir, cuando incluye cantidades diferidas que se habían comprometido en anteriores periodos presupuestarios. Estimó en 10.000 millones la suma que se "arrastra" del anterior presupuesto, pero añadió que ahora ha conseguido una suma aproximadamente igual que se pagará en el periodo 2014-2021.

Rajoy utilizó en todas sus intervenciones un tono de mofa para desvirtuar las que consideraba "mentiras" de Zapatero, al que calificó de "perdedor complacido". El presidente del Gobierno, en tono solemne, tachó de "maleducado" al líder de la oposición, le reprochó su "tendencia al menosprecio y al insulto de sus adversarios" y le retó a acusarle, como han hecho algunos dirigentes del Partido Popular, de haber cedido fondos a cambio de que la UE aprobara la OPA de Gas Natural a Endesa. "Es bueno para la democracia que la derecha, alguna derecha al menos, aprenda a respetar a la izquierda cuando gobierna", dijo.

LA "PIEL FINA" Rajoy dejó claro que no se retracta de haber llamado a Zapatero "bobo solemne", ironizó sobre la "piel fina" del presidente y le emplazó a rectificar la disposición de los socialistas vascos a aprobar los presupuestos de Euskadi, que incluyen una partida para financiar el transporte a los familiares de etarras presos fuera de Euskadi, aunque el PSE ha rechazado esa partida. El presidente defendió la "dignidad" de los socialistas vascos y alegó que el PSE y el PNV trabajan por la paz.

CUESTION DE PRIORIDADES El líder de la oposición destacó que Zapatero da "prioridad" a las cuentas vascas y la estabilidad de su Gobierno frente a algo "que es mucho más importante" y que "afecta" a las familias de muchas víctimas asesinadas por la banda terrorista, "que van a ver cómo se vota que con su dinero se financie los viajes de los familiares de los presos".