Los eurodiputados escucharon ayer el balance que hizo José Luis Rodríguez Zapatero de su gestión como presidente de turno de los Veintisiete y no salieron convencidos.

Todos los grupos parlamentarios de la Eurocámara (de mayoría conservadora), con la excepción del grupo socialista, criticaron la gestión española de la Unión Europea (UE), con reiteradas referencias a las cumbres fallidas con Estados Unidos y con los países mediterráneos, además de señalar el retraso de España en comenzar a enderezar su déficit público. Las críticas más dañinas, y en ocasiones fuera de lugar, las hicieron los diputados españoles, que se quejaron de la "falta de liderazgo" y "credibilidad" del presidente.

LEALTAD El jefe del Ejecutivo empezó su discurso asegurando que ha cumplido los objetivos que se marcó: aplicar el Tratado de Lisboa con "lealtad" y afrontar la crisis con el convencimiento de que un gobierno económico común facilitará la misión.

En el primer caso, no hubo quejas. Todos, sobre todo el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el presidente del Parlamento europeo, Jerzy Buzek, alabaron su "generosidad" a la hora de fortalecer las nuevas instituciones y reconocieron que Zapatero ha tenido que ejercer el cargo como si estuviera bajo "una tormenta" debido a la crisis.

En el segundo caso, la mayoría de los intervinientes le recordaron que los seis meses de la presidencia han sido una verdadera pesadilla para Zapatero y su Gobierno por los ataques a su deuda y los rumores sobre la necesidad de un rescate a la griega.

"Sorprenden las declaraciones de éxitos y avances y de cumplimiento de las expectativas, porque no los ve nadie", se quejó el líder de los Verdes, Daniel Cohn Bendit. La Izquierda Unitaria Europa recriminó la política económica llevada a cabo por los Veintisiete, que "desmantelará el modelo social europeo" y que "hace pagar la crisis a los trabajadores y pensionistas", según subrayó Willy Meyer.

"NOSTALGIA" POLITICA "No estaba en condiciones de buscar soluciones, porque formaba parte del problema", dijo Jaime Mayor Oreja (PP), que contó con el apoyo del líder del grupo popular, Joseph Daul. En su intervención, Daul recordó los cuatro millones de parados que hay en España y pidió a Bélgica (que ha tomado el relevo) que actúe con "humildad y eficacia" en su actual semestre de gestión de la UE, no como ha hecho el Gobierno español, vino a decir.

Izaskun Bilbao (PNV) cuestionó la gestión de una presidencia condicionada por la crisis española y limitada por "los pésimos datos de España". Willy Meyer (IU) criticó, la "orientación de fondo" de la política económica de la UE, que lleva camino de "desmontar el modelo social europeo". Solo López Aguilar salió defendió la presidencia española, un semestre de "resultados" en un contexto "difícil" y en el que se ha logrado un avance en la gobernanza económica.

Las reprobaciones de los españoles apenas se ganaron algún apunte en la dúplica del jefe del Ejecutivo. "Se nota que sienten nostalgia por la política española porque están juzgando otras cosas", dijo Zapatero. "Esas críticas tienen otra lectura política", añadió.