Ante las acusaciones de que carece de un equipo sólido, José Luis Rodríguez Zapatero replicó ayer con la creación de un comité de diez notables que le ayudarán "a poner a punto la gobernación del país". El líder del PSOE desgranó la lista de este nuevo pilar de apoyo a su candidatura, del que forman parte los presidentes autonómicos Juan Carlos Rodríguez Ibarra y José Bono, el comisario europeo para Asuntos Económicos, Pedro Solbes, o el rector de la Universidad Carlos III de Madrid, Gregorio Peces-Barba.

En este equipo de "máximo nivel", según la descripción que hizo ayer Zapatero, se encuadran también las consejeras de la Junta de Andalucía Magdalena Alvarez y Carmen Calvo, el economista Miguel Sebastián, la diputada y exministra de Cultura Carmen Alborch, la vicerrectora de la Universidad Carlos III, María Jesús Sansegundo, y el que fue enviado especial de la UE en Oriente Medio, Miguel Angel Moratinos. Todos ellos apoyarán hasta las elecciones de marzo al candidato socialista. Si Zapatero accediese a la Moncloa, la tarea del nuevo equipo será evitar que se produzca "cualquier vacío e improvisación" en el tránsito de poder. En ese supuesto, elaborarán también el código ético del nuevo Ejecutivo.

Los diez notables no sustituirán en sus tareas a la ejecutiva federal, cuyos miembros han sido requeridos a cerrar filas en torno a la iniciativa. El nuevo equipo no compondrá un Gobierno en la sombra , avisó Zapatero, aunque algunos de ellos pueden considerarse ministrables.

DESCENTRALIZACION JUDICIAL Metido en harina de la precampaña, el candidato del PSOE aprovechó su intervención ayer en el Fórum Europa en Madrid para replicar a las críticas del PP sobre su apoyo al Gobierno catalán en la petición de que los tribunales superiores de las autonomías sean la máxima instancia judicial y que el Supremo quede reservado para la unificación de doctrina. Zapatero respondió apoyándose en las recomendaciones del Consejo General del Poder Judicial, que apoya esa fórmula para descargar el colapso del Supremo. "Si alguien quiere que prosiga el atasco, allá ellos", espetó Zapatero.

RIDICULIZAR A RAJOY Zapatero hizo oídos sordos a la oferta de diálogo lanzada la víspera por su rival Mariano Rajoy y ridiculizó su promesa de que hablará con "todos" los presidentes autonómicos. Es una "obligación" de quien esté en la Moncloa, sentenció. Y llamó cínico al candidato del PP porque cuando fue ministro de Administraciones Públicas abogó por reformar el Senado y ahora lo rechaza. Como Aznar había acusado al PSOE de poner en riesgo el "esqueleto del Estado", Zapatero le devolvió el guante. "El no es experto en esqueletos constitucionales", dijo, recordando que en su día se le "atragantó" la Constitución.

Frente a un PP con "las pilas agotadas", dijo que un Gobierno socialista evitará el enfrentamiento, "también para hacer frente al plan Ibarretxe ". Recordó además que cuando en 1996 Aznar pactó con Xabier Arzalluz el apoyo del PNV, éste había ido mucho más lejos que Josep Lluís Carod-Rovira (ERC) en sus apreciaciones soberanistas.