Para aplacar a los presidentes autonómicos, siempre quejosos por sus carencias financieras, nada mejor que una buena oferta económica. Y eso fue lo que ayer les esperaba a su llegada al debate autonómico del Senado, donde el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, les recibió con un gratificante anuncio: el diálogo para mejorar el modelo de financiación empezará en enero, pero antes de que haya un acuerdo el Estado adelantará a las comunidades cerca del 100% de la recaudación prevista por los impuestos cedidos. Un anticipo que fuentes oficiales estimaron en unos 3.000 millones de euros a finales del 2007.

Transcurridos más de ocho años desde su última sesión, el debate sobre el Estado de las autonomías resucitó ayer en el Senado de la mano de Zapatero. De todos los proyectos que presentó ante los presidentes autonómicos --todos salvo el vasco Juan José Ibarretxe, ausente por voluntad propia, y Rodríguez Ibarra, hospitalizado por un infarto--, el más llamativo fue el relativo al sistema de financiación, por ser el de más inmediato cumplimiento y el que mayor interés concita en las comunidades, sin distinción de siglas.

ENTREGAS A CUENTA Las autonomías recibirán en los presupuestos del Estado del 2007 una fuerte inyección económica. Hasta este año, el Estado sólo les adelantaba anualmente el 98% de la recaudación prevista, y tardaba al menos dos años en liquidar el 2% restante. En virtud del acuerdo sobre la financiación sanitaria, las autonomías han obtenido un anticipo adicional de 1.365 millones correspondientes a este año, y recibirán la misma cifra a cuenta del ejercicio del 2006.

La promesa lanzada ayer por Zapatero es "aumentar los anticipos a cuenta" de modo que, "al término del ejercicio del 2007", este adelanto "pueda aproximarse al 100%". Un montante que el Gobierno calcula, si se cumplen las previsiones de recaudación, en unos 3.000 millones de euros anuales.

NEGOCIACION EN ENERO Antes, el próximo enero, Zapatero prevé "comenzar a concretar" los principios del nuevo sistema de financiación en el grupo de trabajo creado a tal efecto en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Aunque no fijó la fecha en la que deberá entrar en vigor el nuevo modelo, ayer el presidente sí adelantó los principios que inspirarán su reforma.

El nuevo sistema "deberá garantizar la suficiencia financiera de las comunidades y del Estado", y también la "responsabilidad y capacidad de gestión" de todas las administraciones. Zapatero se declaró partidario de que "las comunidades aumenten sus facultades normativas y de gestión sobre los impuestos" que pagan sus ciudadanos, si bien se cuidó muy mucho de detallar sobre qué tributos tendrán esas nuevas atribuciones. También juzgó "irrenunciable" que el Estado "mantenga como propios los impuestos que constituyan el tronco común del sistema fiscal" y que "garanticen la unidad de la economía", en tácita referencia al IVA y el impuesto de sociedades.

Al término de la sesión, Rodríguez Zapatero subrayó que el modelo de financiación se ha revisado cada cinco años, y recordó que el de 1996 lo pactaron Partido Popular y CiU sin contar con el PSOE.