Si Mariano Rajoy con su contrato de integración para inmigrantes buscaba marcar la agenda electoral lo ha conseguido, aunque sea a cambio de cosechar las críticas del resto de partidos --salvo CiU, que optó por un calculado silencio--, sindicatos y oenegés. Una vez lanzada la propuesta, el candidato popular evitó durante todo el día referirse a ella, pero tuvo que hacerlo por la noche en una entrevista en Cuatro. Rajoy recalcó que su propuesta pretende que los inmigrantes respeten las leyes y que interioricen "los valores y principios" de la Constitución. En cuanto al "respeto de las costumbres españolas" --el epígrafe más polémico del contrato--, el líder del PP solo citó la persecución de la ablación y la poligamia, olvidando que ya están prohibidas en España.

El mutismo de Rajoy durante toda la jornada fue ampliamente compensado por el secretario de Economía y Empleo del PP, Miguel Arias Cañete, quien arremetió contra los inmigrantes que trabajan en la restauración y acusó a los extranjeros de colapsar los departamentos de urgencias de los hospitales.

RESPUESTA DE MAXIMO NIVEL La justificación de Cañete con argumentos como mínimo controvertidos obtuvieron una respuesta al máximo nivel. El presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, en un mitin en Teruel, pidió perdón, en nombre de los españoles, a los extranjeros por las "ofensas discriminatorias" del dirigente popular y aseguró que al PP "le parece bien que las inmigrantes hagan trabajos duros pero le parece mal que puedan hacerse una mamografía".

Zapatero calificó de injustas e intolerables las palabras de Cañete y las atribuyó a una ideología "rancia, conservadora e inconstitucional". El presidente considera que los conservadores hacen este tipo de propuestas porque, durante los cuatro años en la oposición, solo se han preocupado de cuestionar la política antiterrorista "e ir de manifestaciones con los obispos".

"TUFO XENOFOBO" Los socialistas, conscientes de que la inmigración es siempre material sensible, se apresuraron a descalificar el contrato de Rajoy. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, recordó que el Gobierno del PSOE está aplicando la legislación que heredó de la época de José María Aznar. Pero, según Rubalcaba, con mejores resultados, puesto que en la legislatura del PP se expulsaron a 260.000 inmigrantes ilegales mientras que el PSOE ha repatriado a 370.000, un 43% más. Por eso considera que Rajoy vende "humo" con "tufo xenófobo".

El ministro del Interior reclamó a Rajoy que precise a qué "buenas costumbres" se refiere con su contrato. "¿Quién va a establecer el catálogo de buenas costumbres, cuáles son, las de Rajoy o las mías, las del señor Rouco arzobispo de Madrid o las de un agnóstico?", preguntó. Irónico, el candidato del PSOE por Toledo, José Bono, lanzó otra duda: "¿Significa que tenemos que hacer que les gusten los toros o que vayan a misa?".

El PP distribuyó un comunicado en el que explicaba en qué consiste el contrato de integración para los inmigrantes, inspirado, según su información, en fórmulas ya aplicadas en Francia, Bélgica, Holanda y Reino Unido. La propuesta señala que con el acuerdo el inmigrante se comprometerá, entre otras medidas, "a cumplir las leyes españolas, a respetar las costumbres de los españoles y a aprender el castellano y, si lo desea, otra lengua cooficial".

En un foro económico, Arias Cañete defendió la idea e intentó argumentarla con un discurso en el que perdió la mesura. El exministro de Agricultura se quejó del sector servicios, que, a su juicio, no cuenta ya con una mano de obra "tan cualificada" como la de antes. Cañete se puso a recordar: "Aquellos camareros maravillosos que teníamos, que les pedíamos un cortado, un no sé qué, mi tostada con crema, la otra con no sé qué, la mía con manteca colorada, cerdo, y a mí una de boquerones en vinagre, y venían y te lo traían rápidamente con una gran eficacia sic".

El exministro también acusó a los inmigrantes de "colapsar" los hospitales. "Han descubierto la grandeza del sistema de salud. Alguien que para hacerse una mamografía en Ecuador tiene que pagar el salario de nueve meses, llega aquí y se la hacen en un cuarto de hora".

REGULAR EL VELO Además, el PP quiere ir un paso más allá y ayer anunció que regulará el uso del velo islámico, aunque no detalló cómo. Emulando a su admirado Nicolas Sarkozy, los populares pretenden evitar que esta prenda suponga una discriminación de la mujer.