También comparecerá José Luis Rodríguez Zapatero ante la comisión parlamentaria que investiga la masacre del 11-M. Los diputados socialistas que integran la comisión votarán hoy a favor de la petición del PP para que el presidente del Gobierno testifique en el Congreso. El propio Zapatero les trasladó ayer, a través del portavoz parlamentario socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, su deseo de acudir. El presidente pidió a Rubalcaba que el grupo socialista apoye su comparecencia.

"CONVICCION DEMOCRATICA" El jefe del Ejecutivo se someterá al interrogatorio de los comisionados por "coherencia" con sus "convicciones democráticas", explicó ayer en una breve rueda de prensa en la Moncloa tras recibir al primer ministro de Andorra, Marc Forné. Zapatero aseguró que tomó la decisión de declarar ante el Congreso "desde el mismo día" en que el PP insinuó que pediría su comparecencia. Y razonó que su determinación responde a su "convicción en el principio de responsabilidad ante el Parlamento".

El presidente del Gobierno aseguró estar "desde el primer día" dispuesto a satisfacer la petición de cualquier grupo respecto a su testimonio, pero ayer precisó que lo está aún más porque el grupo que lo ha pedido es "el del primer partido de la oposición". Ni el presidente ni ningún portavoz socialista explicaron ayer por qué tanto el PSOE como su grupo parlamentario se mostraban contrarios hace sólo una semana a que Rodríguez Zapatero compareciera.

El secretario de organización del PSOE, José Blanco, fue el encargado de transmitir la noticia. Lo hizo público tras la reunión de la ejecutiva socialista. Aseguró que el presidente pretende contribuir a "esclarecer las causas del 11-M según la información que poseía entonces", cuando aún era sólo el aspirante del PSOE a presidir el Gobierno.

"NO PODIA QUEDAR AL MARGEN" Blanco añadió que Zapatero también quiere ayudar a "prevenir que en el futuro ese tipo de hechos se vuelva a repetir", un aspecto más acorde con su cargo actual de presidente. Según el número dos del PSOE, la decisión del jefe del Gobierno obedece a una "profunda convicción personal" basada en que el Parlamento debe ser "el centro del debate político". "No podía quedar al margen de la reflexión parlamentaria sobre el mayor atentado de la historia", remarcó.

Blanco negó que la petición del presidente responda a la dureza con la que Aznar planteó su propia comparecencia el domingo en el 15º congreso del PP. Al igual que Zapatero, Blanco sostuvo que el presidente "tenía tomada la decisión de comparecer desde hace tiempo". Zapatero y Aznar serán los primeros presidentes del Gobierno que testifiquen ante una comisión de investigación parlamentaria.

La decisión del presidente sólo agradó al PP y a IU-ICV. El anuncio fue calificado como "una irrupción aparatosa" por el PNV, considerado por ERC como "fruto de la envidia del protagonismo" de Aznar y criticado por la Chunta Aragonesista como un intento de convertir la comisión en "un cachondeo".